miércoles, 23 de octubre de 2013

Shakespeare y yo...



Este texto, el último de una larga serie de parodias literarias, escritas entre los veinte y los treinta y algo años, fue el más revelador de la difícil trama de relaciones literarias, ficticias y reales, con que yo procuraba formarme y construir una obra. A veces esas relaciones ayudaron, a veces debí apartarlas de mí. Acá están el Rey y el Duque de Mark Twain, aunque no los nombre, puesto que la obra se desarrolla en el Teatro Drury Lane, su predilecto, acá está, ya palpable, la influencia del Dionisio del actor y autor bolognés Matteo Belli, sobre el que escribí y volveré hacerlo, acá está el Capitán Alatriste a la inglesa, deliberada broma dirigida a su autor, Arturo Pérez-Reverte, con quien mantenía correspondencia entonces… y acá estoy yo. Humildemente yo, y mi hacer y deshacer texto de entonces, y también, yo y mi talla…

Por último, fue el primer texto mío que leyó mi amigo Rudy, a quien le estoy eternamente agradecida, el humorista, desde su inmenso talento y experiencia, me dijo que en este texto se veía, claramente, que yo tenía una Mirada…

Y como todo empieza por una Mirada y desde ahí construimos, quería compartir con ustedes este texto, que por lo expuesto, es tan importante en mi vida, en este día 24 de octubre, en que cumplo 43 años.



THE CAPTAIN ALATRISTE

                     En  El
                Teatro DRURY LANE
                               London

                        EL INGLÉS PIERDE LA HONRA
                        Pero nunca el paraguas
                        Aunque encuentra la horca
                                                  De WILLIAM SHAKESPEARE

                         TRAGEDIA EN CINCO ACTOS



PRIMER ACTO: Llueve sobre London
SEGUNDO ACTO: Llueve sobre London
TERCER ACTO: Cómo llueve en London
CUARTO ACTO: Qué manera de llover en London
               
                  
                         QUINTO ACTO
New Gate. Cárcel de los condenados a muerte. Llueve del techo y las ratas infaltables del decorado están mojadas. Entre las tablas carcomidas de la celda infecta, se moja un servicio de té de plata. La infamia de la cárcel se demuestra en la caja de té en saquitos.
   Entra Captain Alatriste, Square. Se dirige al público mientras se sacude el sombrero y cierra el paraguas.

Captain Alatriste: ¡Cómo llueve! ¿Eh?
Señora del público con sombrero amazónico: ¡ Un gentleman como él en ese sitio! ¡Ah, infame, infame! Al autor de esta obra hay que enviarlo a New Gate... !
Captain Alatriste: Soy autor de mi propia biografía, my lady. Este lugar infecto no es nada para quien ha cazado tigres en Bengala. Las ratas son más pequeñas. Y por cierto... ESTO ES NEW GATE (sensación)
Caballero del público: ¡Qué fatuidad! Admirable, Lady Olivia. El autor de esta obra es un genio
Yo: Gracias
Tramoyista del Teatro Drury Lane, London: ¡Un genio, vaya que sí! Ahí está. Mira, Bob. Míralo y dime si no tiene tetas.
Bob: (silba). Tiene dos. William Shakespeare, vaya. Si no lo veo, no lo creo.
Señora del sombrero amazónico: ¡Harry, es verdad! ¡William Shakespeare tiene, oh, shocking! Cuando le cuente a Lady Hamilton, que dice que todavía le crecen. Pero míralo a él... ¿cómo lo consiguen? Porque a esa edad no crecen, digo...
Yo: ¡BASTA! Dejen que David Garrick el Joven demuestre su talento. Estos ingleses no se callan ni en su propio entierro. Y de eso se trata la obra.
Señora del sombrero amazónico: Eso preguntaba, de qué se trata...
Captain Alatriste: (impaciente). Cállense, que sólo hago mi trabajo. Bien ( saluda a Mr. Ganzúa, que toma su té sin limón ¡Shocking! Infame sitio, New Gate).
Mr. Ganzúa: (efusivo, o sea, se quita un guante) Oh, pardiez, Captain Alatriste...No debe preocuparse por mi estadía aquí, a expensas de Su Majestad. A propósito, un brindis, caballero por la Reina Victoria. Todo fue por la cuenta del lustrabotas, que era un buen pájaro de cuentas, me quiso cobrar la cuenta y yo le dije:
“Bien, Mr. Forwad, haré la cuenta hasta diez y le retorceré el cuello, por cierto, lo lleva sucio. Si no puede pagar la lavandería, póngase un cuello negro.
-“Justamente, Mr. Ganzúa, debo diez libras a la lavandería y su cuenta es de diez libras” ¿Se da cuenta, Captain? Un verdadero ganso.
Captain Alatriste: Natural, Mr. Ganzúa, natural. Pero si fuera un ganso, no le perdonaría que no me convide a cenar. Hablando de gansos¿ cómo está Lady Lividosa?
Mr. Ganzúa: Un poco fría, Captain Alatriste. Colgada como los paraguas y más mojada. Oh, permítame el impermeable, Captain. Yes, la colgaron ayer.
Captain Alatriste: Mys condolencias. Oh, Lord Kagfire No lo veía desde el gran incendio de Londres de 1666. Oh, gratos recuerdos. Gran esfuerzo, por otra parte, incendiar Londres.
Lord Kagfire: Ni lo diga, Captain. Con nuestra niebla, nuestra flema y nuestra lluvia, no se veía un carajo, se nos apagaba el fuego y ni hablar de pisar esos escupitajos. Mire mis botas. Quedaron, fíjese, una miseria. ¿Se acuerda de mi paraguas, el que se prendió fuego? Todo por Su Majestad, the king Charles II. Las botas, el paraguas, el impermeable también se me arruinó. En fin, al menos esos...
Captain Alatriste: Apestados, Lord Kagfire, dígalo. Sin pelos en la lengua. Se acabó la peste, gentlemans, y el rey Charles vale por dos ministros de salud argentinos. Un viva señores, a Su Majestad. ¿Y a quien van a ahorcar, a todo esto?
Mr. Ganzúa: A usted, captain, naturalmente.¡Lo olvidó! Gentlemans, es la legítima flema británica.
Lord Kagfire: Admirable, señores, admirable. Solo se preocupa porque no se le moje el paraguas. Un verdadero inglés.
Captain Alatriste: Soy galés, señores.
Lord Kagfire: ¿De Gales o de Galicia?
Yo: Ese chiste no es mío, aclaro.
Captain Alatriste: El Teatro Inglés se avergüenza de este villano, que deshonra su famoso humour con su boca infecta.
Tramoyista del Teatro Drury Lane, London: Ven, Bob, deja esa revista y no te pierdas esto.
Lord Kagfire: Caballero, deshonra la de tu madre, que es una mujerzuela, y la de tu padre, que no pasa por las puertas y arada con los cuernos el lodazal de Hamilton’s  Shame.
Captain Alatriste: Lamento profundamente que su esposa sea tan abierta al público, Lord Kagfire y si se atreve a acercarse a mi paraguas reconocerá el perfume... de sus nalgas, si me permite Shakespeare decir tal cosa.
Yo: Basta, señores, el show debe continuar, pero antes los despediré. Están todos despedidos.
Mr. Ganzúa: Como delegado del gremio del teatro de Drury Lane, London, protesto ante este atropello y propongo un meeting después del té, que ya se me enfrió.
Lord Kagfire: Por la afirmativa.
Captain Alatriste: Yo no voto, me iban a ahorcar y solo me despiden, a mí me conviene.
Público: ¡Shocking!
Bob: ¿No me llamaste para ver esto, no? Prefiero las fotos de Lady Kagfire, mírala, no lleva más que el sombrero.
Tramoyista del Teatro Drury Lane: Pues, prefiero a Shakespeare. Míralo, no lleva corpiño.
Bob: Vaya, es verdad.
Caballero del Público: ¡Cinco libras al Captain Alatriste!
Señora del sombrero amazónico: ¡Diez libras a Mr. Ganzúa!
Mr. Ganzúa: Lo siento, Alatriste, pero si te reviento puedo pagar la cuenta del lustrabotas y salir de aquí.
Captain Alatriste: No hay cuidado, somos caballeros.
Lord Kagfire: Yo mejor me voy. Mi esposa me espera con la cena. No hay que hacer esperar a las mujeres. Te puedes llevar una sorpresa.
Yo: ¡Telón!
THE END

Yo: ¿Dónde estará ese simpático tramoyista?(Hace mutis por la izquierda)
Tramoyista del teatro Drury Lane(entrando por la derecha): Maldita sea, Bob, ese Shakespeare tiene unas…Uf ¿Dónde se metió? (Hace mutis por la izquierda)
Yo ( saliendo de abajo del telón, en el medio): A esta obra le falta un desencuentro amoroso. ¿Qué es ese humo? Ah, eres tú Bob. ¿Qué haces allí abajo? Ya veo. Oye, Mistress Kacfire está ampliamente disponible y no hace falta incendiar el Teatro, sabes. Qué vergüenza, súbdito de la Corona. Pareces un español en Flandes, sabes, por lo desesperado. Hablando de desesperado, dónde está ese alto, barbudo, completamente bestial tramoyista amigo tuyo.
Bob: Lo siento, William, le gustan las mujeres, sabes. Lo de él fue una sublimación del inconsciente. Su padre se llamaba William.
Yo: Pero yo me llamo Paula, puedo demostrarlo
Tramoyista del teatro Drury Lane(cae desde lo alto del telón, a la izquierda): ¡WILLIAM!
Yo: My name’s Paula, puedo jurarlo.
Tramoyista, etc. : ¿En serio?
Yo: Toca, toca sin miedo, verás que no hay nada raro.
Tramoyista, etc. (profundamente asombrado): ¡ Es verdad!
Yo: ¡LOVE ME!
Tramoyista, etc. : I’m sorry. Sabes, quisiera que fueras William( Sale por la izquierda)
Bob: Lo siento, William. ¿Lady Kakfire está en casa, dices? Voy a verla, adiós.
Yo: Bueno, he terminado mi obra. Dije que faltaba un desencuentro amoroso ¿no? Ya está, obra concluida. Sòlo dos espectadores: el honor británico exige que me arroje al Támesis. Adiós, cruel world. To be or not to be, me da lo mismo.

Yo de nuevo: To be o no tubí. Esta obra desastrosa, pensándolo bien, me da una idea. Sí, y el agua debe estar helada en ese río roñoso. Bien, el Támesis tendrá que esperar ¡qué espere!( Sale por la puerta)
                                      POR LA PUERTA, TAMBIÉN...
Sale el público por Covent Garden Street...
Señora del sombrero amazónico: Este Shakespeare es inigualable ¡dos! Es increíble
Harry: ¿Qué quieres, que tenga tres?
Señora, etc..: No, pero ¡dos!. Yo tengo dos que no hacen una. Y míralo, con esa barba. ¡Shocking!
Harry: Sus comienzos fueron humildes, sabes. Trabajaba en el circo del China Town, cuando todavía vivían chinos allí. Eso, querida, es shocking.

       
                                        ¡POR FIN!

martes, 15 de octubre de 2013

Claro de Luna

Acá estoy con vos, y casi son las dos de la mañana...
Acá estoy, con algo parecido a ropa, y vos estás durmiendo. Durmiendo como vos dormís, con una serenidad que en una época me daba ganas de despertarte, besos, abrazos nocturnos casi casuales, o caricias casualmente, absolutamente arteras...Esta noche hay luna llena, y no es que entre luz lunar por una ventana que no hay. La luna está acà, suspendida sobre mí.
Es que tengo un cielo particular. privado. Es el mìo y despuès està el cielo de todos. Pero hay noches de luz blanca, de haces de luz sombreada, de oscuridad plena...Lo decide mi corazón.
El corazón es un barómetro. No el mío, el de todos. El corazón es un reloj. Pero un reloj sin meridianos.
¿Se imaginan usos horarios para el corazòn?
Hoy siento la luna llena. Ilumina los libros a mi derecha. Leo un lomo al azar.
NUEVOS MUNDOS DE FANTASÎA.
Ahora voy a girarme ràpido, para sorprender la hilera de libros a mi espalda.
1, 2, 3.....MAGNA OBRA DEL TIEMPO. Autor: John Crowley.Y al pie: Minotauro.
Ahora a la izquierda. Creo que la biblioteca insomne como yo  està advertida de sobra. Camino tres pasos tranquilamente y encuentro...1 2 3...POSTALES DESDE OSIRIS. Autor. Alejandro Alonso.
¡Lo conozco a Alejandro!
Son los regalos que por las noches me obsequia la Biblioteca Mágica.
No es la única razón por la que estoy acá con vos, que leeràs esta carta  mañana...o cuándo la descubras..
Con vos y tu sueño sereno, tan distinto del mìo.
Con vos y tu biblioteca llena de magia....
También estoy acá porque sólo bajo este techo, nuestro hogar, encuentro, cuando me hace falta, la fase del corazòn que dibuja la luna blanca.

domingo, 6 de octubre de 2013

EUROPA



No traigan a Cristo a mi casa
No quiero sus opacas vestiduras
Ni su carne magra, ni su palabra dura
No quiero sus manos sangrantes de heridas

Por que tú, Tú
Tú sabes
Tú entrarás como lluvia de oro
Tú vendrás como blanco toro
Porque nunca te llamaste Cristo
Y porque siempre me llamaré Europa