sábado, 27 de octubre de 2007

¿Dónde estás , Bob Fosse?

Ah, cuando yo era joven. Vivía en Siberia, era feliz, no tenía sífilis, no había conocido a Bob.
Fue aquí, en África. Podía elegir a cualquiera, pero tuvo que ser él.
Me abandonó. Y aquí, en el corazón de África, planeo mi siniestra venganza, con el latir de los tambores del siniestro brujo de la tribu, quien gusta de la buena música cuando se prepara esos estofados de antropólogo australiano como sólo él lo sabe hacer.

—Diablos, se dijo la escritora y arregló la cinta de la máquina de escribir—Cómo conmover a la platea, esa era la cosa-Qué difícil. Qué dura es la vida del artista. Y cómo están los mosquitos. Me gasto el sueldo en espirales y repelentes que no sirven para nada. Y el calor no se aguanta más: la remera se me pega al cuerpo pero si me la saco me van a ver los vecinos porque mi cuñado no viene a ponerme la cortina.


Es una noche calenturienta en África Ecuatorial y pican los mosquitos. Aquí en África la vida es dura, pero además es corta. Maldición, cada aforismo que digo me recuerda a Bob. No siempre la vida fue tan dura, después de todo. En realidad. En fin, que en África no hay dinero para mosquiteros, el sueldo se te va solamente en la quinina, y apenas hay que conformarse con cortinas de bambú. Pero soy una mujer curtida y un mosquito de más o de menos no es nada para mí. Si solo tuviera a mi Bob.

Suena el teléfono. La escritora arroja al suelo un sombrero inexistente y lo patea. Es su cuñado, para decirle que no puede poner la cortina hoy y que mañana Camila baila jazz en la escuela y si no sabe como se vestían las bailarinas de jazz. Cómo habrán notado, el lema de la literatura de este prodigio de escritora es que nada se pierde y todo se transforma.

Decía que era una noche calenturienta y pican los mosquitos. ¿ Ya les hable de Bumba Catunga? Lloro solitaria pero no estoy sola. Conmigo está Bumba Catunga, el fiel sirviente negro, que ronca panza arriba. Si en un rato no lo despiertan los mosquitos, lo sacudiré para que tome su quinina. Hace tanto calor que lloro y no se nota porque las lágrimas se evaporan haciendo señales de humo que dicen “¿dónde estás, Bob Fosse?” “Te cavaste la fosa, Bob Fosse”, “te arrancaré los ojos Bob etc...”
Bob Etc... salió a comprar cigarrillos hace veinte años y aún no ha regresado. Ahora debe estar mucho más viejo, prefiero al negro, pero se duerme. Es lógico, de día lo hago trabajar. Pero no es como mi Bob Fosse. Él cocinaba, lavaba, planchaba. ¿Dónde estás, Bob Fosse?
Las hienas ríen como mi destino. ¿Estarán digiriendo a mi Bob Etc.? Era tan pesado que podrían digerirlo veinte años. Era indigesto.

“ Bah, esto es una porquería —se dijo la escritora—. El problema es que el negro está dormido, por eso es aburrido. Si estuviera despierto sería más emocionante. Lo voy a despertar.”

Tomé el látigo y le acaricié con él la espalda.
— Despierta, Bumba Catunga—que quiere decir “hombre con rulos” —Necesito pasión ardiente. Si no me sirves, arrancaré el tótem del poblado otra vez y después te tocará lavarlo.
— No, por favor—en su voz temblaba la súplica—Médico brujo hará mucho mal. Dice que ser arpía chiflada.
— Si, soy arpía y me gusta serlo y me gustó mucho ese tótem la semana pasada, me gusta más que vos, pero no quiero problemas con la tribu y si no me satisfaces, te azotaré.
— Entonces azótame, me duele menos.
— Ah, mond dieu. Maldito seas Bumba Catunga. No quiero lastimarte. Solo bésame.
— Ama, es que si sólo te lavaras los dientes a la mañana...
— Imbécil, una aventurera como yo no se lava los dientes jamás. Bésame.
— Con la boca cerrada sí, ama.
— Maldita sea, quién dijo en la boca. ¿También querés que te haga un mapa?
— Dice médico brujo que francesa ser malvada.
— Ahí si me lavo, te lo juro.
— Eso dijo la semana pasada y no era verdad
— Me puse perfume.
— No insistas, amita, me duele la cabeza.
— Maldición, Bumba Catunga, empiezo a creer que eres un impotente, como dicen en el poblado. Dime que no es verdad.
— Es verdad. ¿Me venderás nuevamente?
— No, Bumba Catunga. Tu conversación me agrada y encuentro que ese tótem me gusta mucho.
— ¡No, ama! ¡El tótem sagrado no! Médico brujo enojar. Quemar esta casa. Yo me voy.
(Sale corriendo)
Me quedo sola. Las hienas ríen.
¡ Oh, Bob Fosse! — Mis ojos se llenan de lágrimas— ¿Dónde estás, Bob Fosse?

¡Bien! —se dijo la escritora satisfecha y en eso el viento le rompió dos ventanas y le arrojó las macetas al piso, sin que ella se percate en su ensueño de gloria. “El éxito”...suspiró. “Función a sala llena”...volvió a suspirar. “Con Cecilia Roth como la aventurera intrépida, y Ricardo Darín como Bumba Catunga. ¿O Denzel Washington estaría mejor?”
Y llena de confianza en el futuro, distraídamente aplastó un mosquito.

jueves, 11 de octubre de 2007

Hágase despedir con la ayuda de Platón

Acá deberá hacer una pequeña inversión. Cómprese "El Banquete" o bien el "Critón", que queda menos festivo y más suicida. Cómprelo usado, así parece que lo leyó muchas veces.
Llévelo al trabajo. Síentese, no importa si es repositor o trabaja en una estación de servicio. Siéntese en el escalón del surtidor de nafta a leer. Lo amarán. Se hará popular, creáme.
Lo querrán incinerar.
Supongamos que trabaja en una biblioteca. ¿qué más natural que sentarse a leer? No crea. Yo tuve una jefa bibliotecaria que me recordaba cinco o seis veces por hora que no me pagaban por leer.
"¿Ah, si?" Contestaba yo un poco distraida pero educadamente. Y pasaba otra página.
Pero bueno. Siéntese, le decía y abra el libro. Lea toda la tarde. No se olvide de fichar al irse.
Si es cajera de supermercado la despedirán en el acto.Dígale a su jefe que busca un hombre y que se aparte de su tubo fluorecente. Sabe que usted no se parece a Diógenes y su jefe no se parece en nada al gran Alejandro. Aclárele que busca otro hombre, no a él. Una vez hecha la salvedad, será despedida. Para el glorioso momento, apréndase las siguientes frases: "Usted no piensa, luego no existe".O "El estómago tiene razones que la razón no comprende" Y pida un sandwich. Su bella ironía será recordada durante años en toda la línea de cajas.
Bien, pero si no es cajera de supermercado o empleado de estación de servicio, el proceso puede ser más largo. Apoye su Platón en el escritorio y comienze a filosofar. A cada pregunta responda según el conocido método de la mayéutica.
Ejemplo:
Jefe-"No te pagan por leer"
Usted- "¿Lo cree así?"
Jefe: "¿sos estúpido o te hacés?
Usted: "¿Es bruto o se hace?"
Jefe:" Voy a comunicar esto al señor Director"
Usted- "¿Puedo ir al baño?"
Ve lo simple que es. Usted, un pacífico filósofo socrático. Él, un bruto animal. Su superioridad moral está demostrada, sobre su jefe y sobre la Polis. Así que no tome cicuta porque no hay, y además todos lo queremos, pero váyase tranquilo y feliz a su casa.
Si es que fue despedido después de esto.Porque si no lo despiden, conserve ese trabajo.
Es un trabajo maravilloso.

martes, 2 de octubre de 2007

El arte de hacerse despedir. Parte 2

Quedamos en que una manera efectiva y rápida de hacerse despedir es comportarse como un genio. Y que esto es simple y sencillo. Compórtense como un"absoluto". Es más acostúmbrense a usar esa palabreja, "absoluto" y también otras como "fin último", "primera causa", "causalidad" o pregunte ante cualquier cirscunstancia, sea un sandwich o un vestido nuevo, si es ontológico o gnoseológico. Ya ve, con haber leido a Mario Bunge una vez es suficiente para toda la vida. Apréndase esas palabritas y úselas constantemente.No sea otro ladrillo en la pared y logrará ser despedido espectacularmente y como efecto secundario, pasará a la historia, pero esto no nos interesa. Desde Sartre se puso de moda no interesarse por la posteridad, aunque si quiere ser tenido en cuenta le aconsejo repetirlo constantemente. Repita cien veces" No me importa la posteridad,porque estaré muerto" Luego haga un gestito de idea. Eso dará al público presente la doble pauta de su inteligencia y su modestia. Y enseguida pensarán que es escritor o escritora. Los escritores son los únicos a los que les interesa la posteridad y tienen que negarlo constantemente.
El principal axioma, es entonces, que para ser un genio no hace falta serlo y para ser escritor no es necesario escribir. Hay técnicas y pequeños consejos con los que logrará ser un genio y que lo despidan, todo junto.Así que vean en los próximos días mi espectacular próxima entrada, de nombre sugestivo.
"Hágase despedir con la ayuda de Platón."