martes, 31 de marzo de 2020

Iñaki y la Dama


Mientras empiezo a escribir, sueña la música. Jazz, Blues, Rock and roll cantado por mujeres. Una voz masculina entre canciones nos recuerda:  Quedaos en casa.
Hace tiempo de cuarentena que mi amigo Iñaki realiza sus grageas musicales, segmentos de su enorme conocimiento musical con que nos da un momento distinto en estos días oscuros.
Hoy quiero escribir sobre él. Sobre la amistad que tenemos desde hace tantos años.
Emails extensos como cartas. Duelos literarios. Les trois mousquetaires, edición ilustrada, obsequio de Iñaki, a quien no conozco en persona. Y también sumó su esencial colaboración con mi novela La mujer prohibida.
Les hablo de años de amistad.
Hablar de Iñaki es hablar también de ella, la Dama. La que va a trabajar cada día mientras le crece ese flequillo. La Dama atiende una botica, una farmacia, en algún lugar de España cuyo nombre no sé. Y cada día lidia con personas, algunas responsables, alguna que no.
La Dama escribe en su blog. Nos habíamos habituado a la delicia de su ironía, a sus iras momentáneas, a su prosa explosiva.
Pero en los últimos días el blog se convirtió en una crónica, sagaz y seria, de los tiempos de pandemia.
Le estoy reconocida, por estar al frente de la trinchera atendiendo la farmacia y por ser capaz de escribir con esa precisión. No creo que mi prosa no sea precisa también a veces, sólo sé que escribir me cuesta más que nunca.
Desde hace dos días o uno, la Dama no va a la botica, es que le subió la fiebre. Lo dice en su blog, fiebre, tos y dificultad para respirar.
Mientras termino este post, sueña la Música. La música cantada por mujeres que sube Iñaki, dedicada a quienes conforman el frente en esta pandemia, a quienes siguen trabajando. Y a la Dama del blog, de la botica, la que no desdeñó estar en el frente.

jueves, 19 de marzo de 2020

YO ME QUEDO EN CASA

Mi casa no es especial, salvo que además es mi hogar, y sepan que puedo entender, por la vida misma, la diferencia. Entonces, mi hogar no es nada especial. Sin embargo, desde que me quedo en casa, miro con nuevos ojos la biblioteca de mi hogar con más de siete mil ejemplares. Me quedo en casa, pero estoy trabajando en un artículo sobre el vampirismo.
Inspirado lejanamente por la rabia, el romántico vampiro ( de hecho, el vampiro fue una frívola moda en el período romántico europeo), es un ejemplo de lo que se produce culturalmente con un temor masivo, un peligro veloz y casi invisible, cuando ya lleva un tiempo desaparecido. Se lo cicatriza convirtiéndole en moda.
Entonces el médico de Lord Byron, Polidori, en Gran Bretaña, Bram Stoker, en Irlanda y Charles Nodier, en Francia (no en coincidencia), se prestaron gustosos a proveer de sustento literario y teatral a la moda. La alimentaron  con los personajes de Lord Ruthwen, Drácula y El vampiro que Nodier subió a las tablas de la Comedia Francesa.
Insisto en que fue un proceso de cicatrización frente a la infección incontrolable que fue la rabia, transmitida por un tipo de murciélago.
Ahora bien, yo me quedo en casa. Tengo la suerte de tener un espacio de trabajo agradable, y muy buena compañía. Además de mi artículo sobre el vampirismo (basado en una charla que di hace unos años en Rosario), tengo mis libros de idioma y mis diccionarios, más mis clases de francés con el método Franstastique.com.
El francés es un idioma a medias heredado que estoy aprendiendo, sobre todo porque aprendí de niña un francés del siglo XIX, el de los inmigrantes de mi familia, y necesito los giros de hoy. Más allá de eso, es el idioma que más me gusta de los que he intentado estudiar.
Mi vida no es especial, pero tiene sus movimientos. El día 16 de marzo regresé de México en lo que puede haber sido el último vuelo de Aeromexico con destino a Buenos Aires. Fue un viaje difícil. sin dormir desde la noche anterior frente a la noticia del cierre de las fronteras argentinas, noticia que se oye muy mal estando realmente muy lejos. Difícil vuelo, con la mitad de los asientos vacíos, y alguna ciudadana indignada que no aceptaba los protocolos de Sanidad.
Protocolos indispensables en tiempos de Pandemia.
Por eso, por todo eso, #yomequedoencasa
Y me imagino, sin mirada soñadora, la narrativa cicatrizante de un futuro que espero cercano.

jueves, 5 de marzo de 2020

Duerme Matteo


Duerme Matteo, duerme
Hay un lago donde se refleja tu rostro
Por que la Ondina quiere besarlo
Pero tú duerme, Matteo, duerme
Hay un enano en una cueva
La cueva está llena de oro
Pero en un cofre guardado con siete llaves
Está tu nombre escrito por los gnomos
Pero Duerme, Matteo, Duerme
Te llama en suspiros la Luna
 Tú Duerme, Matteo, Duerme
Te llama el bosque susurrante
Tú Duerme, Matteo, Duerme
Helena de Troya toca tu hombro en la cama
Tú Duerme, Matteo, Duerme
Dios golpea la ventana con los nudillos...
Tú Duerme, Matteo, Duerme
Si Duerme Matteo, duerme el gnomo, la ondina,
 el bosque y el Universo todo.
Déjalos dormir...