lunes, 24 de marzo de 2014

ARTE



Arte es tomar de la mano de la persona que esté más cerca de tì…y caminar unos metros con tu mano entre las suyas…y si cierras también tus ojos, sentirás su ternura, o su silenciosa pesadumbre, sus preocupaciones que no lo dejan ni darse cuenta de que te está llevando, …porque, sabes, a la mayor parte de las personas, sus luchas cotidianas, las colman de arte propio suficiente, para no ver no oír el tuyo,  ni leer el mío, ni el de nadie…
Es Arte si al ver una persona que avanza pesadamente con un bastón, sientes el bastón en tu mano y el pie pesado y lo sabes tuyo.
Es arte si sonríes cuando un padre abraza tiernamente a su hijo dormido en un transporte atestado, y sabes que el hijo es tuyo, y que el hombre es tu padre.
Eres una artista cuando el cielo puede detener tu camino.
Eres una artista cuando no temes abrir los brazos ni las piernas.
Arte es valorar cada noche de sueño profundo, esa que te iguala al hombre que desnudo al sol espera plácido la muerte...
Porque sólo en la carne desnuda de lo humano encontraras el Arte.

sábado, 8 de marzo de 2014

NACERÁ UNA BRUJA



 Un día  nació una bruja. El temor de perecer aferrados a su talle ondulante  fue como aquel otro temor antiguo a perder la vida por el canto de las sirenas. Esta bruja, no una sirena, pues estas se cuidaban de que los humanos no llegaran hasta ellas, dijo un último enigma , atada a un tronco, con el que fue quemada.
            Ella pronunció en un susurro: “Nacerá de mis cenizas una bruja que no os atreveréis a quemar”.
Vientos desatados llevaron sus cenizas.
En una tierra cercana nació una mujer. Temiéndola  por su inteligencia, el padre la encerró en lo alto de una torre. Solo la lluvia entraba por la ventana tan alta. Pero llegó el día en que un rey enemigo asaltó el castillo. El castillo ardía y la joven no pudo esperar más  auxilio que el de la tormenta. Pero con la tormenta llegó un caballero y la rescató. Pensó en tomarla de esclava. Pero tímidamente, la mujer, la hija de la bruja que había perecido en las llamas, le contó su historia.
            “Amo la tormenta”- dijo ella y calló. Sintiéndose incapaz de toda cobardía, el caballero la sedujo. Tuvieron  hijos e hijas. Las hijas heredaron el antiguo poder de las cenizas y tuvieron otras hijas. Una de esas hijas escribió la historia con el fin de que las hijas dispersas se sepan hermanas y de que los hombres recuerden su poder, que resulta de la unión del conocimiento y la poesía, de la inteligencia y el valor, del leer en la armonía celeste que existen más límites que los finitos.
            Un día nacerá una bruja