Tu boca es una copa
Una copa muy blanda
Agua en que yo bebo
La suavidad de la espada
La quiero
Así que dame
Dame la lluvia, la luna anegada
Dame la orquídea abierta
El perfume de la flor dorada
Dale a mi boca, copa
Dale tu lecho de miel, espada hecha agua.
El blog de Paula Ruggeri. Contacto: paula.ruggeri743@gmail.com
domingo, 13 de octubre de 2019
lunes, 30 de septiembre de 2019
Cuando arda Babilonia
EL
DIABLO ENAMORADO
“Que sean tan valientes y sufridos como Venus”
La Ilíada, canto XXI
Cuando arda Babilonia
Hasta las últimas
cenizas
Yo estaré de pie
Esperando
Tú bajarás de tu
ciudad
Me mirarás, desnuda y
sangrante
Vencida y triunfante
Y te unirás a mí
Arderán las últimas
estrellas
Morirán las últimas
aves
Toda tu creación
destruida
Por destruirme a mí
A tanto puede llegar
el odio de un dios
Que es demasiado
hombre
Para no odiar a una
mujer
Y al fin yo amo y él
odia
Y al fin yo creo y él
destruye
Y al fin ambos
lloraremos
De pie sobre las
cenizas de Babilonia
Morirán las últimas
estrellas
Nacerá el último
hombre
Para después morir
Como todos, en mis
brazos
Caerá una última
tormenta
Que apagará el último
fuego
Y yo estaré de pie
Moriré por vez última
Esta vez será para
siempre
Porque al fin volveré
al Padre
Diciendo: yo soy tu
Hija
Tómame
Y moriré
Porque yo soy tu
sangre
Pruébame
Como aquella vez
Arderá Babilonia
Hasta las últimas
cenizas
Y yo estaré de pie
Esperando
Porque yo soy tu
sangre
Tómame
No puede arder el
agua
Pues hija el fuego
Pero cuando arde
Babilonia
Los padres devoran a
sus hijas
Pues tienen miedo
He tenido tantos
nombres
Pero al fin tengo un
solo padre
De pie espero el
cisne blanco
Que me llevará hasta
ti
Habrá una isla adonde
me conducirá un blanco toro
Por los viejos
tiempos, la llamaremos Europa
Vendrás a mí como
lluvia de oro
Como antes, cuando
éramos jóvenes
Y te diré
“Yo soy tu sangre”
Y te diré
“Coge esta fruta”
Y te diré
“Corta este árbol”
Y renacerá el Paraíso
domingo, 8 de septiembre de 2019
Primer poema. La Rosa Encarnada.
POEMA DEL CIELO Y EL INFIERNO
Oye lo que dice la
noche
Que es más vieja que
el hombre
Y que ha enterrado a
todos los amores
Que se sirvieron de
ella
Dos piedras a la
cabeza
Y una a los pies
Son toda la tumba de
Arturo
Bajo las aguas. Esto
nadie lo sabe
La reina Ginebra
murió en el convento
Adonde no fue Ofelia
Ella prefirió las
aguas del lago
Juntos yacen ella y
Arturo
Lejos, la tierra
cubre a Ginebra y a Lancelot
Aquiles fue en verdad
un cobarde en su fuerza
Helena de Troya fue
la legítima mujer
Del único que peleó y
murió por ella
Que se llamó Héctor
el troyano
Todos los fuegos
queman las manos de Tristán
Y Abelardo sigue
amando el cuerpo de Eloísa
Paolo y Francesca son
esposos en el Cielo
Amados por Dios
Isolda es como
Ginebra
Las dos son esposas
del hombre equivocado
Ahora se calla la
noche. Yo seguiré contando
Yo escribí la
historia
Nadie puede sellar
mis labios
Juan el fiel es el
esposo
De la Princesa de Oro
Ulises trenza coronas
Con el cabello de
Nausícaa
Galahad se ahogó en
el océano
Ya cuenta mi poema
Tres felices
matrimonios
Y tres amantes
ahogados. Prosigamos
El dragón venció a
San Jorge
Y San Jorge es el
nombre del dragón
San Agustín murió
pecando
Las siete colinas
están cubiertas de sangre
Y a la sombra de seis
mil cruces
Hay un solo Cadalso
Un perro negro se
despedaza a sí mismo
Eternamente
A eso lo llaman
El Bien y el Mal
Todos los hombres
buenos
Vieron alguna vez el
fantasma de su padre
Todas las flores
amadas por ellos
Mueren ahogadas
Todos los caballeros
No aman mas que a su
espada
Hace mucho hubo un
poema
“todos los hombres
matan lo que aman”
Y no todos mueren por
ello
Oigan como ladra el
perro negro
Mi verso es como una
espada
En su punta hay un
veneno amargo
Que inventó para mí
mi madre Morgana
De noche todo se sabe
De día soy solo una
pobre mujer
De noche yo escribo
la historia
De noche escribo
“El amor es locura”
De día estoy
doblemente loca
Prosigamos. La noche
es corta y la historia larga
Galahad llevó a sus
labios la santa copa
De ella bebió el
veneno mortal
Que lo llevó a lo profundo
del mar
Su barca arrastraba
un cisne
Ese cisne blanco era
la Dama del Lago
Ese día que se llevó
a Galahad
El perro negro se
mordió y aulló mas que nunca
El Norte y el Sur
Son la cabeza y la
cola del perro negro
Cuando venza uno
Morirán los dos
Eso es el Apocalipsis
La última batalla
El primero que vea la
Meca
Matará a su hermano
que venga después
Pero ninguno sabe
Que ninguna tierra es
santa
El Cielo es un poema
creado
Y quemado en
Alejandría
Si me dan tiempo lo
escribiré
Lo acabaré donde la noche
termina
El Infierno es un
poema creado
Y quemado en
Alejandría
A ese ya lo he
escrito
La poesía es locura
Y yo estoy loca
rematada
Jamás oí aullar tan
tristemente
A un pobre perro
Me recuerda a un
hermano filósofo
Que encontrando una
falla en su teoría
Se desgarró a sí
mismo y se mató
Él era muy joven
Pero es que la
juventud es algo muy viejo
La juventud es la
locura
Y yo estoy loca y amo
Pero prosigo
Para algunos, el
perro sigue aullando
Para ellos hay
esperanza
Aunque sean malos
Todavía pueden ser
buenos
Pero para otros
El perro ha muerto
Para ellos no hay
salvación posible
En verdad el perro
agoniza
Escribo un poema que
se llama Cielo
Ayer escribí un poema
que se llama Infierno
Los dos me queman las
manos
Son iguales sus
estrofas
Igual el número de
sus versos
En los dos se nombra
a Francesca
Pero en uno ella se
quema
Y en el otro es feliz
En los dos se nombra
a Nausícaa
Pero en uno ella
queda sola
Y en el otro no
Es que el Infierno es
el único poema
Que laboriosamente
escribieron todos los poetas
Hasta mí. Los hombres
odiaron a Francesca
Y mataron a Lancelot
Y violaron las justas
razones de Helena
Y admiran la fuerza
de Aquiles
Mas que el valor de
Héctor
Los hombres dieron a
Ginebra como esposa
Al único hombre que
era incapaz de amarla
Son las cosas que
ocurren en el Infierno
El infierno creó el
Océano
Que me separa del
único hombre
Al que daré este
poema para que lo queme
Que es lo mismo que
ofrecerle toda Troya
Para que arda
nuevamente
Es que el amor es la
locura
Y yo estoy loca
rematada
El cielo es una
locura
Que suponen los
hombres
Sin atreverse a
vivirla
Pero es que el valor
es la locura
Y la poesía es la
locura
Y la guerra es la
locura
Y el Cielo es la
única de todas las locuras
Que vale la pena amar
Porque una mujer que
no es capaz de amar
A un hombre que hiere
con sus ojos
De izquierda a
derecha su rostro
No merece llamarse
mujer
Y un hombre que no
sabe morir
Por Helena de Troya
O prefiere el fuego
de su hogar
A las lejanas playas
de Nausícaa
No merece llamarse
hombre
Y solamente una mujer
tiene en sus manos el Paraíso
Y nadie más que una
mujer
Puede escribir el
Cielo
lunes, 26 de agosto de 2019
La Rosa Encarnada
"Deja de escribir mariconadas con referencias literarias". Arturo Pérez Reverte
De las tres frases que con los editores de Rúcula Libros elegimos para la contratapa de mi primer libro de poesía, elijo esta de Pérez Reverte. Pueden preguntarse por qué, sin duda lo harán.
Yo pienso en los escollos y las monstruosas sirenas, del viaje poético ( en una carta del mismo personaje tengo escrito de su puño "envíame todo cuánto escribas. Me encanta leerte. Y nunca se sabe".)
Bueno, ahora es fácil saberlo, por eso quiero transmitirlo. No voy a a decir "no hagan caso de las sirenas", eso es imposible.
Sólo no se arrojen al vacío.Lloren si es inevitable, pero el sueño de Itaca se puede concretar, persíganlo.
Mi sueño de Itaca se llama La Rosa Encarnada.
Su contratapa contiene otras dos frases, mucho más agradables.
Una es la siguiente:
"La Rosa Encarnada es una bruja"- Matteo Belli
"Puro Zoroastro, instinto persa, sadismo angelical en plena metástasis"-Pablo A. G. Ferro
No hay que decir que en mi vida de poeta ambos comentaristas son influencias positivas, viento benigno que me acercó a uno de mis muchos puertos.
Por cada falso rostro de oscuro plumaje de ave, por cada Serpiente Emplumada, aparecerán muchos más amigos, más voces de aliento, más auténticos colaboradores.
Ese es mi mensaje a cualquier joven poeta que esté leyendo estas líneas.
Y a partir de la próxima semana, comienza en éste blog la publicación de los poemas y relatos de mi libro La Rosa Encarnada.
De las tres frases que con los editores de Rúcula Libros elegimos para la contratapa de mi primer libro de poesía, elijo esta de Pérez Reverte. Pueden preguntarse por qué, sin duda lo harán.
Yo pienso en los escollos y las monstruosas sirenas, del viaje poético ( en una carta del mismo personaje tengo escrito de su puño "envíame todo cuánto escribas. Me encanta leerte. Y nunca se sabe".)
Bueno, ahora es fácil saberlo, por eso quiero transmitirlo. No voy a a decir "no hagan caso de las sirenas", eso es imposible.
Sólo no se arrojen al vacío.Lloren si es inevitable, pero el sueño de Itaca se puede concretar, persíganlo.
Mi sueño de Itaca se llama La Rosa Encarnada.
Su contratapa contiene otras dos frases, mucho más agradables.
Una es la siguiente:
"La Rosa Encarnada es una bruja"- Matteo Belli
"Puro Zoroastro, instinto persa, sadismo angelical en plena metástasis"-Pablo A. G. Ferro
No hay que decir que en mi vida de poeta ambos comentaristas son influencias positivas, viento benigno que me acercó a uno de mis muchos puertos.
Por cada falso rostro de oscuro plumaje de ave, por cada Serpiente Emplumada, aparecerán muchos más amigos, más voces de aliento, más auténticos colaboradores.
Ese es mi mensaje a cualquier joven poeta que esté leyendo estas líneas.
Y a partir de la próxima semana, comienza en éste blog la publicación de los poemas y relatos de mi libro La Rosa Encarnada.
lunes, 27 de mayo de 2019
Dos poemas
l
En las cálidas noches
de verano
Me quiebro sobre tu
sombra
Y te entrego mis labios
Me pareces el Oriente
En las cálidas noches
de verano
Me pareces dorado
Yo desmayo durante esas
noches
Y juro mi amor a Baco
En las cálidas noches
de verano
Yo me curvo y como las
flores
Me quiebro rápido
Y soy el fruto que
palpita en tu boca
Y me abro como un río
Que corre sin descanso
Y grito como la
rompiente
En las cálidas noches
de verano
Yo te tengo en mi seno
y mi garganta
Es puro limo dorado
En las cálidas noches
de verano
Soy como la corriente
del arroyo
Soy como la hierba
húmeda
Soy puro limo dorado
ll
Si una voz te dijera
lo que al viento
susurro
que suaves mis manos
te esperan allí
donde mora el ensueño
y el secreto conjuro
en ardiente promesa
te entregara a mí
Si yo te dijera
que ayer por la noche
soñaba despierta
Que tu reina fui
Y que empuñé tu cetro
para hacerlo mío
Y abriendo mis labios
tu espada me hundí
Si yo te ofreciera
Mi sangre en mis sueños
Arrojada y desnuda
te dijera:
Bébeme
Y luego desmayara,
Amor y duelo,
gloria de una noche:
Traspásame
Al dios le duele el
amor secreto,
Roza con su espíritu de
llama
Mis piernas que te
abrazan en sueños
Y de fuego viste mi
corazón
El fuego que gime en
mis versos
La Antorcha divina
Que robó Prometeo
Este lento conjuro
Te beberá entero
sábado, 25 de mayo de 2019
Crónica de Buenos Aires
El hombre del brazo cortado
Él me espera, agazapado en una esquina. Camino por la Avenida
Cerviño, uno de los sitios más elegantes, exclusivos y cool de Buenos Aires.
Justamente por eso, el hombre del brazo cortado, con delgados jirones de
sangre, el hombre del brazo desnudo, con una remera arremangada, está allí.
Dije que me espera, y en rigor, no me espera a mí, sino a
cualquiera que atienda su sangriento llamado a la atención. La gente elegante (o
no) camina y se aleja de él.
Resultó equivocada la estratagema. Involuntariamente pero
sin equivocación, el hombre provoca rechazo.
Para cuando me interceptó en mi caminata, estaba exasperado
y desesperado.
-Quiero comer, doña. Mire mi brazo.- Y lo extendió frente a mis
ojos con orgullo.
Insistió.
- Tengo que pagar el hospital. Necesito y necesito.
Me perdí en sus palabras, el conmovedor sermón que a gritos
arroja la ciudad.
Al hombre del brazo cortado le di el dinero que tenía. Se
imaginan que era poco, pero era todo.
Y él, inesperadamente, me pidió permiso para decirme unos
versos. Algo sobre la flor más bella.
Mientras recitaba, el moreno brazo extendido seguía
regándose con hilos de sangre roja.
lunes, 13 de mayo de 2019
La Ninfa del Jardín
La Ninfa
Su pequeña fuente para ella es un lago. No
importa que el ruido de las avenidas cercanas perturben las ondas de las aguas:
ella está ahí, por voluntad de un escultor, como un último chiste de artista
lanzado a la gran ciudad, antes de que se convierta en eso, una gran ciudad.
Ahi, en ese Jardín Botánico que es una paradoja viva, verde, y piedra, un
retiro para paseantes, para lectores y para enamorados.
Los escultores y los paisajistas trabajaron en
común: el jardín esconde varios secretos y uno de ellos es que una pequeña
escultura es completada por la curva de una planta colocada artísticamente
detrás.
Cualquiera que haya plantado un árbol sabe que
es una forma de poesía ¿cómo no iba ser maravilloso el trabajo de escultores y
botánicos juntos?
De niña, paseaba mucho con mi madre por este
gran jardín. La tierra de los senderos es roja (tierra traída, según mi madre,
de la provincia de Misiones, dónde está el Iguazú y su catarata)
Ella sabe de paisajismo: así como Carlos Thays
diseñó el Botánico de Buenos Aires, su bisabuelo el belga Gislain Espagne
diseñó los parques de la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos
Aires, y una usina cultural, científica y artística como hay pocas. Contratado
durante la época de su fundación, Gislain se ocupó de hacer traer bulbos y
semillas de todas partes del mundo, trasladadas en condiciones severamente
indicadas por él, distintas según cada bulbo, para hacer de los parques de La
Plata una reserva de plantas y árboles que representara cada rincón del
planeta.
Mi abuela me contó que a Gislain un señor le
encargò un parque para su esposa. Bajo la ventana de ella había un terreno
yermo. Gislain trabajó en silencio con ocho jardineros toda la noche. La señora
durmió normalmente.
Cuando despertó, abrió la ventana para ver un
hermoso parque…
Volviendo a ella, la ninfa del Jardìn Botánico;
ella está ahí para recibirte. No importa cuán gris pongan los autos y colectivos
el color celeste del día. Te olvidas las palabras histeria, desamor, pulsión,
sentido, displacer. Olvidas a Flaubert, a Merimee , a Freud y a Eva Sunnz.
Mírala, se mueve. Da la vuelta alrededor de la
fuente, ella te mira, no te mira, te busca con un movimiento de la mano, te
habla de amor, te susurra, te dice que la mujer tuvo siempre un cuerpo fuerte,
y que su seducción y la debilidad no tienen nada que hacer juntas.
Ella está acá, con su gracia, con su
movimiento juguetón impreso en la piedra por un escultor para que nunca olvides
que el amor es sólo un juego.
viernes, 29 de marzo de 2019
Quince esqueletos y el cofre y la botella de ron
Estoy en las últimas páginas de un nuevo libro y aunque una
parte de mí está acostumbrada, en un rincón de mi persona todavía hay una
pequeña niña que mira azorada. Esa que leía como si las letras de molde fueran
aire que respiraba, esa que maldecía (y usaba la palabra “maldecir”), en idioma mosqueteril,
esa que leía a Shakespeare con sus ocho años y su perro favorito a los pies,
ignorando quien era Shakespeare, para su fortuna y por eso, dejándose capturar
por esas líneas de diálogo que expandían luz.
La niña que cantaba
con sus hermanos, también ávidos lectores, la canción de la Isla del Tesoro.
“Quince esqueletos en el cofre del muerto y una botella de ron”
La niña que soñaba con ser escritora, como quien sueña
escalar una montaña.
Todavía me mira, desde un ángulo que aún no es sepia, y me
pregunta, y me cuestiona, y a veces, para mi alegría, me lee en silencio.
jueves, 21 de marzo de 2019
El Dragón que devora los Caminos
La campera negra, los vaqueros en los hombres y las calzas ajustadas como medias en las mujeres. Bolsos, mochilas, carteras las menos. Rostros agotados. De los ancianos a los adolescentes, todos tienen ojeras marcadas de dormir menos de lo que necesitan, y una mirada de no mirar nada.
Se acomodan como pueden, pero no hay comodidades. Son pocos los asientos para la cantidad de personas que el chófer hace subir al colectivo.
A veces la gente tapa las puertas. A veces quedas casi encima del chófer y ese volante que frágil dirime tu destino y el de los demás, accidentales compañeros de ruta.
Todos llevan los auriculares puestos. Muchos viajan mirando sus teléfonos celulares. Se aíslan, apretujados por la multitud y a veces el interlocutor etéreo que de la nada les habla, les arranca una carcajada.
No están en las películas. Las ficciones se ocupan poco de ellos.
Son una multitud. Son muchas personas, de una en una, librando su batalla personal.
A veces alguien canta en voz alta.
Hoy en un colectivo 25 atestado de gente, un hombre que vivía su locura personal de forma pública, cantaba desafiando unos versos propios que se repetían una y otra vez:
"Hoy es un bello día."
Es que no era un loco. Y ese no era un colectivo 25. Y esos no eran madrugadores yendo al trabajo.
"Es un bello día"_ Canta el juglar, y las damas y los caballeros, valientes y compuestos, miran sus celulares mientras el Dragón que devora los caminos los lleva a la Batalla.
martes, 22 de enero de 2019
Un poema en el alba
SUEÑO DEL ALBA
Acuérdate de esas noches
Amor que he tenido
Y perdido en el alba
Las sombras de nuestras voces
Del llanto y del goce
Por él amadas
Por este mi caro sueño
Yo me uní contigo
En la tierra y las aguas
Tú sabes que yo no miento
Si digo que soñé esa noche
Que un sueño me amara
Tus manos que me han dejado
La marca del hombre
Que ayer me dejara
Mi llanto que ayer muriera
Cuando entre tus brazos
Se iba mi alma
Acuérdate que esa noche
Yo cante este sueño
Que perdí en el alba
Únete a mí en el sueño
Pues a tu vida toda yo la soñara
Deja que muera el sueño
Que yo haré entre mis versos
La prisión del hombre
Que yo soñara
Si es que él lleva tu nombre
Tú no puedes saberlo pues eres sueño
Que ayer soñara
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