Mientras empiezo
a escribir, sueña la música. Jazz, Blues, Rock and roll cantado por mujeres.
Una voz masculina entre canciones nos recuerda: Quedaos en casa.
Hace tiempo de cuarentena
que mi amigo Iñaki realiza sus grageas musicales, segmentos de su enorme conocimiento
musical con que nos da un momento distinto en estos días oscuros.
Hoy quiero
escribir sobre él. Sobre la amistad que tenemos desde hace tantos años.
Emails extensos
como cartas. Duelos literarios. Les trois mousquetaires, edición
ilustrada, obsequio de Iñaki, a quien no conozco en persona. Y también sumó su
esencial colaboración con mi novela La mujer prohibida.
Les hablo de años
de amistad.
Hablar de Iñaki es hablar también de ella, la
Dama. La que va a trabajar cada día mientras le crece ese flequillo. La Dama
atiende una botica, una farmacia, en algún lugar de España cuyo nombre no sé. Y
cada día lidia con personas, algunas responsables, alguna que no.
La Dama escribe en
su blog. Nos habíamos habituado a la delicia de su ironía, a sus iras momentáneas,
a su prosa explosiva.
Pero en los
últimos días el blog se convirtió en una crónica, sagaz y seria, de los tiempos
de pandemia.
Le estoy
reconocida, por estar al frente de la trinchera atendiendo la farmacia y por
ser capaz de escribir con esa precisión. No creo que mi prosa no sea precisa
también a veces, sólo sé que escribir me cuesta más que nunca.
Desde hace dos
días o uno, la Dama no va a la botica, es que le subió la fiebre. Lo dice en su
blog, fiebre, tos y dificultad para respirar.
Mientras termino
este post, sueña la Música. La música cantada por mujeres que sube Iñaki,
dedicada a quienes conforman el frente en esta pandemia, a quienes siguen
trabajando. Y a la Dama del blog, de la botica, la que no desdeñó estar en el
frente.
Aquí la dama.
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Cuando tienes la suerte de trabajar en lo que te gusta, ves todo con otros ojitos. Echo de menos a mis clientes, hacerles rabiar de todos es sabido que soy un bicho. Me asusta de esta pandemia yo la llamo #tiaravirus la posivilidad de haber contagiado a alguien. Seguiré contando mis días desde este confinamiento.
Gracias de corazón ��
Querida Dama: Muchas gracias por honrar con tus palabras este blog. Sigue contando, narrando, éste tiempo oscuro se ilumina con las voces que lo relatan. Gracias a ti.
Eliminar