viernes, 23 de noviembre de 2018

Gracias a ustedes

Ayer, ingresé como todos los días a éste espacio, y me encontré con esa cifra tan deseada por mí, 100.000 páginas vistas. Significa en crudo 100.000 clics, en las muchas y diferentes páginas escritas que ofrece este blog, más de diez años de trabajo placentero, dando lugar a las musas y a los amigos y amigas, los de siempre, los nuevos que me dio este espacio propio que comparto, con sus alegrías y melancolías.
Es posible que la melancolía esté más presente en este momento del blog, que es también un pequeño habitante del Naufragio de la Historia. Somos pequeñas narraciones y relatos dentro de esa Gran Narración, que es como siempre llamé a la Historia, incluso cuando trabajo en archivos y ediciones historiográficas. Me tienta menos el traje académico, con sus congresos y comunidades, que el fogón y sus alrededores, y que el contar historias en bares, en la vereda, en los trenes, y detectar, sonriendo levemente, que me oyen con interés desde el asiento o la mesa de atrás.
Este año publiqué con gran satisfacción una novela, La mujer prohibida. Fue un año satisfactorio y difícil. No elegí el camino más breve para el éxito, porque como decirlo, ni el éxito es mi objetivo, ni tengo un objetivo.
Narro para vivir.
Y agradezco enormemente que ustedes me acompañen y visiten y comenten.
Un abrazo simbólico pero no menos fuerte a cada amiga y amigo que me visita.
Seguimos, por supuesto.

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