sábado, 2 de mayo de 2015

La ciclista sola

No había soledad de ninguna clase, justamente la clase de spinning estaba completa.
Casi todas mujeres en atuendos vistosos y muy descubiertas, salvo alguna con mucho sobrepeso que, tal vez, sea de las pocas heroínas que quedan. Porque una clase de spinnnig, para los que nunca la hicieron, es ciclismo con prácticas que no se dan en el ciclismo real: bicicleta fija, con carga, peso que se va aumentando,y se pedalea a veces veinte minutos de pie a carga completa....¿Rumbo?
Cada cuál tiene el propio. El mío es cambiar un stress por otro.
Había dos o tres hombres grandes y uno joven, alto....Lo miré. Miré a María, la profesora.
Algo eléctrico había en el aire.
María nos dejó a oscuras después de cerrar la puerta, acomodó su mochila, sacó su Ipod y todos nos sentimos atronados por Madonna.
-Carga cómoda-dijo al micrófono- Hoy vamos a hacer un trabajo aeróbico, Prepárense mentalmente, vamos ha hacer cuatro pasadas al 90 por ciento.
90 por ciento de nuestra capacidad de cardio, 170 o más pulsaciones. A eso se refería. Lo normal
María arrastró una bicicleta al lado de la suya. Eso es raro.
-¿Saben?-dijo- Hoy me siento sola. Más resistencia. Karina, tenés las rodillas en mal ángulo, acomodá la bici.
-Hoy me siento sola-repitió. ¿Nadie quiere pedalear a mi lado?¿Nadie? Puse una bicicleta a mi lado. Está vacía. Vamos, primera pasada al 90 por ciento. 10, 9, 8, 7....
El hombre alto corría la pasada silencioso....
-Qué sola estoy hoy, chicos. Cómo necesito que alguien pedalee a mi lado.----
El hombre se bajó lento de la bicicleta y por unos segundos, la bicicleta vacía y el aire electrizado temblaron.
Él se dio media vuelta, despacio hacia la puerta y se fue.
-90 por ciento-dijo la voz fría de María- Controlando el pulso, tres, dos, uno, cero, ya.
Y su voz monocorde siguió la clase con indiferencia.

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