miércoles, 25 de marzo de 2015

La última moneda

La última moneda es esa que llevas para perderla.
La última moneda se la tragará un viejo teléfono, un molinete de subte o metro, el último caramelo suelto....
Cuando llevas una última moneda, generalmente tienes hambre y también frío. La ciudad es impiadosa, la ciudad se corporiza, la ciudad muestra su alma de cuervo negro en un bosque oscuro...
Por eso la última moneda es tu talismán....cuando la pierdes...
Falta poco para recordar ese 19 de abril de 1990...
Fue en otoño y llovía fuerte.
Estaba en un bar y tenía una moneda. Un vestido negro de bambulla que no tapaba mi embarazo de ocho meses. Alpargatas negras sin medias.
Y una moneda.
La perdí en el teléfono publico.
-¿Está él?
-No-la voz hizo silencio- Está en un acto escolar de su hijo mayor.
Él acababa de abandonar una hija, y yo perdí la última moneda.
Colgué el teléfono y sentí un dolor agudo en el abdomen.
Miré afuera. La lluvia era una tormenta.
Y mis pies estaban calzados con alpargatas y tenía no menos de cuarenta cuadras hasta mi casa.
Fue ella, la última moneda , la que me mostró que el destino también se llama: te tienes a tí, y sólo a tí, y eso es mucho.
Empapada hasta los huesos, paré un colectivo 101, y le pedí al chófer que me llevara, que no tenía monedas...
-Subí-dijo el hombre con una mirada...debo decir extraña. Algunos son capaces de entender cuánto entramado interior hay en esa decisión de tener un hijo...así.
Me dejó a dos cuadras....
Las caminé despacio, mojándome la cabeza, los hombros y las alpargatas de tela, las caminé sabiendo que la niña estaba yéndose y nacía Paula Ruggeri, la madre.
Los dolores se agudizaron ....
Y nació Paula Daniela Ruggeri, la hija....
Cuántos caminos te abre esa, la última moneda.

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