martes, 2 de octubre de 2007

El arte de hacerse despedir. Parte 2

Quedamos en que una manera efectiva y rápida de hacerse despedir es comportarse como un genio. Y que esto es simple y sencillo. Compórtense como un"absoluto". Es más acostúmbrense a usar esa palabreja, "absoluto" y también otras como "fin último", "primera causa", "causalidad" o pregunte ante cualquier cirscunstancia, sea un sandwich o un vestido nuevo, si es ontológico o gnoseológico. Ya ve, con haber leido a Mario Bunge una vez es suficiente para toda la vida. Apréndase esas palabritas y úselas constantemente.No sea otro ladrillo en la pared y logrará ser despedido espectacularmente y como efecto secundario, pasará a la historia, pero esto no nos interesa. Desde Sartre se puso de moda no interesarse por la posteridad, aunque si quiere ser tenido en cuenta le aconsejo repetirlo constantemente. Repita cien veces" No me importa la posteridad,porque estaré muerto" Luego haga un gestito de idea. Eso dará al público presente la doble pauta de su inteligencia y su modestia. Y enseguida pensarán que es escritor o escritora. Los escritores son los únicos a los que les interesa la posteridad y tienen que negarlo constantemente.
El principal axioma, es entonces, que para ser un genio no hace falta serlo y para ser escritor no es necesario escribir. Hay técnicas y pequeños consejos con los que logrará ser un genio y que lo despidan, todo junto.Así que vean en los próximos días mi espectacular próxima entrada, de nombre sugestivo.
"Hágase despedir con la ayuda de Platón."

3 comentarios:

  1. Me parece muy interesante todo esto. Quisiera añadir que esta sociedad (voy a ahorrarme un adjetivo)no solo no tolera a los genios, sino que además no tolera la individualidad. Cuando trabajás en cualquier sitio, tu empleador quiere unicamente que pienses en su trabajo, que no tengas vida propia, y hasta parece que alimentara el insano proósito de que vos no existas fuera de esa empresa. Caulquier logro que vos consigas fuera de la empresa no vale, no existe. No importa lo que hagas, siempre vas a ser un empleaducho y ellos van a seguir creyéndo que son unos genios. Chupasangre hijos de mil puta, ya me calenté. Fin

    ResponderEliminar
  2. Vos Pablo, no sos ningún empleaducho. No sé si te conozco, pero imagino que sos un poeta, un gran poeta. Un músico de las palabras. Para todos los que no somos los imbéciles de tus jefes,lo que vale es tu individualidad, tu arte, tus logros perosnales, los que hiciste con tu esfuerzo y genio para vos y para los demás,porque el arte es generoso. Y tu arte brilla solo, como las estrellas en el cielo oscuro o como una mariposa de brillantes colores en un jardín umbrío. Tu verdadera vida no es esa que pasas con tus idiotas jefes. Y vos lo sabés, aunque ahora estás enojado. Escribiles una carta, como Artaud a los médicos. Te ruego el honor de publicarla en este blog.En mi perfil está mi dirección de contacto. y sino no te preocupes. Lo próximo que escriba estará dedicado a vos.

    ResponderEliminar
  3. José Cruz.

    Es cierto, muchas veces ni siquiera se enteran de cuales son tus hobbies o si haces algo mas ademas del trabajo.

    Un genio es uno siendo constante, un necio son los demás.

    ResponderEliminar