Me encanta despertarme muy temprano, al asomar a la vida gorriones y otras aves de buen aspecto, escuchar sus simpáticos trinos y sentir los rayos de ese sol radiante veraniego, o los tibios rayos otoñales, e incluso el frío sol invernal me agrada a esa hora matutina, me gusta abrir la ventana, respirar el aire fresco, y luego servirme, en una bonita taza azul que tengo, de sopa, un cuarto litro de vodka y meterme en la cama otra vez.
Luego ya no me despierto hasta la hora del té, que también me agrada, cercano al atardecer, cuando las nubes toman sus caprichosos colores, suelo tomar la botella de vodka y rendirle culto mientras el sol nos dice adiós. Mucho no lo veo, pero lo saludo cuando llega y cuando se va. De todos modos tal vez piensen que no es sano mi modo de vida, pero usted que puede saber. Ya lo conozco, ya me lo sé: se despierta a las siete, toma café, se da una ducha, lee el diario, sale a correr y cuando ya hecho bastante el ridículo se dedica a trabajar, o sea, es un esclavo del sistema improductivo. ¿Pero este sistema produce algo que no sea porquerías? Señor, señora, su estilo de vida es detestable y el mío maravilloso ¿Se olvido de su hígado?-¿Pero quien quiere acordarse de algo tan desagradable como un hígado? ¿Vio su hígado? ¿Vio su hígado alguna vez? ¿Alguien se lo ha presentado? Si nunca lo vio y no se lo han presentado, entonces, no se como lo va a recordar. Bah.
Bah.
¿ Cómo siguen mis veinticuatro horas?
Llega la noche y se acabó el vodka. Algo hay que hacer. Evidentemente, ya sabemos que. Me visto con lo imprescindible porque en mi estado no puedo abrochar muchos botones y salgo a la calle. Ay, Buenos Aires. Condenada ciudad. Esta lleno de gente deleznable, prostitutas vulgares con poca ropa ofreciendo sexo y mendigando amor( ¡ qué frase! Pasaré a la historia por esa conmovedora metáfora), hay gente borracha que pasea su desvergüenza y como si no tuviéramos bastante hay policías asquerosos.
Como vemos, a la noche se termina la paz. Pero de algún modo tengo que comprar el vodka. Espero que no me confundan con una de esas pobres prostitutas. Pero en fin. Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Bueno, siempre encuentro algún gil que me haga compañía ( y alguien que tire la primera piedra y la segunda)y pronto me doy cuenta de si tiene dinero y si le gusta hacer regalos galantes, específicamente vodka. Entonces me acomete el amor. Me doy cuenta de que ese hombre, fortuito enviado del destino, tiene grandes ojos celestes o pequeños ojos marrones o como me pasó una vez, un ojo de vidrio. Admiro sus bellas manos varoniles y aprecio que un hombre, puede ser cualquier cosa, pero siempre será un hombre. Y por esta frase no pasaré a la historia, pero no me negaran que es aristotélicamente cierto. Todos los hombres tienen virtudes importantes y amigables sobre todo de noche, si una ha bebido un cuarto litro de vodka y si Navidad es todos los días del año. Porque lo importante es que el espíritu navideño habite en nuestros corazones. Y el amor es libre y tu también necesitas amor. Dicen los Stones que es así. Y todo lo que dice un Stone es cierto.
Bueno, nunca les pregunto nada, no me interesa saber si tienen apellido, porque un hombre no necesita nombre para ser hombre, igual que las rosas no necesitan ser rosas para que una las llame así. Siempre me hacen feliz. Siempre. ¿Para qué quiero más? Cuando pienso en usted, señora respetable, tan respetable que da asco que te respetan así. Confiese que desearía, por una noche ser una arrastrada como yo, gozar del amor anónimo, que a veces es como una paliza a los sentidos y a veces es una paliza de verdad, pero si hay vodka... con vodka todo se olvida. Bueno, no ha logrado convencerla, pero tampoco quería convencerla. La calle ya está fea sin viejas putrefactas como usted.
Bueno, a veces descanso. Si Dios lo hace, porque yo no. Entonces como, tomo café, yogur, cereales, cerveza y prendo el televisor.
Miro una película.
Hoy fue un día de descanso. ¿Y saben por qué escribo esto?
Vi una película. Ví “Rescatando al soldado Ryan”
Solo les diré una cosa. Denme un nazi cualquiera. Le rompo la crisma, lo despellejo vivo, le saco las tripas, las cuelgo de la ventana y les saco una foto. Denme un nazi cualquiera y eso es lo que hago. Haber matado a Tom Hanks. Y la pobre de Meg Ryan llorando. ¿Nadie piensa en ella? ¿Cómo van a matar a Tom Hanks? El único hombre bueno, decente, que ama a los niños y los perros, que jamás engañaría a una mujer, y que hasta es lindo y todo.
Tenía que decirlo, tenía que descargarme. El único hombre con el que me hubiera casado. Y ahora voy a quedar para vestir santos.
Por eso me gusta el vodka. ¿Ven? Hay una razón para todo.
El blog de Paula Ruggeri. Contacto: paula.ruggeri743@gmail.com
viernes, 4 de febrero de 2011
sábado, 29 de enero de 2011
miércoles, 19 de enero de 2011
La Rosa Alada
Mi corazón
Es el ala de una rosa
Sólo una rosa tiene alas
Esa rosa es mi corazón
Tu corazón
Es un tallo fuerte y fértil
Sólo un tallo tiene mi rosa
Ese tallo es tu corazón
Es el ala de una rosa
Sólo una rosa tiene alas
Esa rosa es mi corazón
Tu corazón
Es un tallo fuerte y fértil
Sólo un tallo tiene mi rosa
Ese tallo es tu corazón
viernes, 7 de enero de 2011
Mi tia Gilda en París
Fiona, mi prima filósofa que por esas cosas de la vida trabaja de manicura, me trajo hoy este escrito de la Tía Gilda. Gilda tiene ochenta años y ya alguna vez incluí páginas íntimas escritas por ella, porque las creo de gran valor. Este fragmento de diario habla de París, de etimologías y de sueños. Así que lo transcribo, sin cortes ni censura. A diferencia de mi prima Fiona, yo creo que no por hacer explotar frecuentemente calefones Gilda deje de ser, a su modo, una poeta eminente. Así que con ustedes, una vez más , el diario de Gilda Sáenz de Olavarrieta, mi tía, que dice así.
"Hoy vino Fiona, abrió todas las ventanas, me retó porque había dejado el gas abierto y me dijo una vez más que hay un hogar muy lindo donde hay gente simpática de mi misma edad. Creo que sé que anda intentando , dice que podría haberme matado y que me lo estoy buscando por escribir mi diario para el blog de mi sobrina dejando la lechera en el fuego. Así que yo espero que valoren como se merece esta página artística, hato de irresponsables que ignoran que la muerte más horrorosa no es la que nos buscamos, sino la que no buscamos.
Soy una filósofa impresionante, no debería estar acá, en esta cocina destartalada, oyendo cómo gotea la canilla. Debería estar en la Sorbona, dando conferencias y seduciendo estudiantes tiernos que me hablen en francés. Que me digan madame. Siempre quise que me digan madame. Y el afrancesado afrancesamiento francés con un francés. Dios quiera que algún día aprendan a expresarse delicadamente como yo. Manga de cochinos.
Ah, París. Qué daría yo por París. Los cuarenta años de más que tengo. La canilla de la cocina. El horno que ya no funciona. Daría generosamente todo eso y mucho más, por un departamento en Montparnasse, les Champs Elyssés, o el barrio que ustedes quieran, no tengo preferencias. Se me ocurre que puedo ofrecer mi tostadora y, ¡mondieu!, hasta la licuadora. Y mi diario íntimo y mis poemas inéditos, que muy pronto, según Fiona, cuando esté muerta y no lo pueda disfrutar, valdrán una fortuna. Bien —me toca el turno de carraspear, ajustarme el nudo de la corbata y mirar de soslayo mi agenda y las piernas de mi secretario con bermudas—, atiendo cualquier propuesta que quieran hacerme dentro de un razonable límite de tiempo. Mi secretario atenderá sus ofertas. Si me disculpan, tengo una urgente reunión con mi plomero. Ya saben, rutina pero ineludible. Y sonrío con suficiencia.
Sueño. Oh. Sueño.
Ah... París. La luna sobre París. La lluvia en París. Los perros que ladran en París (ladran en francés). El pan francés es tan francés que da pena comérselo. Pero los franceses se lo comen sin compasión. ¡Qué barbarie! Un hombre galante bebe champagne en mi breve zapatilla número 40, a la salida de la ópera, riéndonos de un perro que no sabe ladrar en francés. Malvada, soy malvada. Dos de mis breves zapatillas bastan para emborrachar a un cosaco. El galante francés se queda dormido sobre mi alfombra persa. Desesperada para despertarlo le quemo los bigotes franceses con un fósforo, se quema el francés, se quema la alfombra persa, se quema mi departamento en Montparnasse, arde París.
Y yo ya no tengo canilla, ni horno, ni tostadora, ni licuadora, ni diario íntimo, ni poemas inéditos. Oh, sólo me queda arrojarme al Sena.
Entonces me despierto. Y a partir de ese sueño, aprendí a valorar mis escasas posesiones y sólo las cambiaría por una casa en cualquier barrio de Venecia. Ah, Venecia.
Ya no soñaré más. Un atardecer en Venecia. El León de San Marcos. La noche cayendo sobre las serenas facciones de un bello gondolero. Ya no soñaré más. El gondolero pretende que le pague el viaje, después de... después de... qué bestia ese hombre. Grosero. Poco caballero. ¿Cómo le voy a pagar después de...? Ya no soñaré más. Le tuve que dejar mis zapatillas, que todavía tenían el sabor del champagne y los bigotes chamuscados del francés. Ya no soñaré más. También quiso mi reloj. Ya no soñaré más. Arguyó que mi reloj era berreta. Ya no soñaré más. Le tuve que dejar mi camisa. Y mi cinturón, mi pollera. Sólo me quedó la cruz bendecida por Pablo VI. ¿Bastaría para defenderme de la canaille? Soportaría las vejaciones como una mártir, susurré a la cálida noche veneciana. La luna desnudaba cruel mi escaso pudor. Sólo me quedaba arrojarme al canal.
Ya no soñaré más, cada vez que sueño me despierto más pobre. Y desde mi último sueño no tengo que ponerme. No puedo ir por Europa solamente con una cruz sobre el cuello, aunque la haya bendecido Pablo VI. Qué estúpido gondolero, la cruz era de oro. Ja, ja, ja.
Oh, tan triste y tan pobre.Pensar que guardo una exquisita fortuna en forma de papeles viejos que podría comprar a todos los gondoleros de Venecia y a todos los gañanes de París.
Me encantan los gañanes de París. Nadie sabe que significa gañanes en castellano, pero en las traducciones París está llena de gañanes. Yo quiero ir a Paris para saber como es un gañán. Yo me imagino que un gañan es un hombre joven, de los bajos fondos de París( París es la única ciudad con bajos fondos), que pasea con una camiseta blanca que marca sus bíceps y una boina negra y un cigarro en la comisura por el Barrio Latino (París en la única ciudad con barrio latino), a la pesca de poetas incautas que se hallen perdidas buscando los Campos Eliseos ( Paris es la única ciudad con...eso, los Elíseos). Una pobre poeta maldita que con un poco de esfuerzo puede creerse que el gañán es bueno y que su Je t’aime es auténtico. Aunque presumiblemente y sobretodo pasada cierta edad, a la poeta le importe un comino el je t’aime y todo lo demás. La pregunta es y pensando en mi posible viaje a París: ¿podré pagar las cuentas del gañán? Quiero decir ¿serán muy altas las expensas en los bajos fondos? ¿Fumará demasiado cigarros caros? ¿Gastará mucha plata en esas camisetas? Porque a esta altura de la vida el amor no tiene precio sino costo, bah. Yo creo que los gañanes de París a esta altura deben ser representados por agentes inmobiliarios. Si es que es un gañán lo que yo me imagino.
Porque me asaltan las dudas. Mi hija Fiona me dijo que los gañanes son los gatos. Los gatos sueltos, los callejeros, los que se mojan bajo la lluvia de París y que lo que tengo que hacer con ellos es dejarles platitos con comida de gatos por las esquinas de los Champs Elisées y del barrio latino.
Así que vamos a buscar el diccionario de la RAE y vamos a ver de una perra vez que significa gañán.
Veamos.
Gañán: 1.Mozo de labranza.2 Hombre fuerte y rudo..
OH. Fuerte y rudo. Tengo razón y, no mi hija Fiona que quiere divertirse ella sola con todos los gañanes y por eso me manda a comprar comida para gatos.
Bah ¿quién se acuerda de la comida de los gatos en el barrio latino de París, cuando un mozo de labranza fuerte y rudo con una camiseta blanca apretada y una boina negra se acerca...lento...con el paso elástico de un tigre ..y te sonríe?
Así que ya se dónde voy, Fiona.París me espera. Te dejo el calefón
"Hoy vino Fiona, abrió todas las ventanas, me retó porque había dejado el gas abierto y me dijo una vez más que hay un hogar muy lindo donde hay gente simpática de mi misma edad. Creo que sé que anda intentando , dice que podría haberme matado y que me lo estoy buscando por escribir mi diario para el blog de mi sobrina dejando la lechera en el fuego. Así que yo espero que valoren como se merece esta página artística, hato de irresponsables que ignoran que la muerte más horrorosa no es la que nos buscamos, sino la que no buscamos.
Soy una filósofa impresionante, no debería estar acá, en esta cocina destartalada, oyendo cómo gotea la canilla. Debería estar en la Sorbona, dando conferencias y seduciendo estudiantes tiernos que me hablen en francés. Que me digan madame. Siempre quise que me digan madame. Y el afrancesado afrancesamiento francés con un francés. Dios quiera que algún día aprendan a expresarse delicadamente como yo. Manga de cochinos.
Ah, París. Qué daría yo por París. Los cuarenta años de más que tengo. La canilla de la cocina. El horno que ya no funciona. Daría generosamente todo eso y mucho más, por un departamento en Montparnasse, les Champs Elyssés, o el barrio que ustedes quieran, no tengo preferencias. Se me ocurre que puedo ofrecer mi tostadora y, ¡mondieu!, hasta la licuadora. Y mi diario íntimo y mis poemas inéditos, que muy pronto, según Fiona, cuando esté muerta y no lo pueda disfrutar, valdrán una fortuna. Bien —me toca el turno de carraspear, ajustarme el nudo de la corbata y mirar de soslayo mi agenda y las piernas de mi secretario con bermudas—, atiendo cualquier propuesta que quieran hacerme dentro de un razonable límite de tiempo. Mi secretario atenderá sus ofertas. Si me disculpan, tengo una urgente reunión con mi plomero. Ya saben, rutina pero ineludible. Y sonrío con suficiencia.
Sueño. Oh. Sueño.
Ah... París. La luna sobre París. La lluvia en París. Los perros que ladran en París (ladran en francés). El pan francés es tan francés que da pena comérselo. Pero los franceses se lo comen sin compasión. ¡Qué barbarie! Un hombre galante bebe champagne en mi breve zapatilla número 40, a la salida de la ópera, riéndonos de un perro que no sabe ladrar en francés. Malvada, soy malvada. Dos de mis breves zapatillas bastan para emborrachar a un cosaco. El galante francés se queda dormido sobre mi alfombra persa. Desesperada para despertarlo le quemo los bigotes franceses con un fósforo, se quema el francés, se quema la alfombra persa, se quema mi departamento en Montparnasse, arde París.
Y yo ya no tengo canilla, ni horno, ni tostadora, ni licuadora, ni diario íntimo, ni poemas inéditos. Oh, sólo me queda arrojarme al Sena.
Entonces me despierto. Y a partir de ese sueño, aprendí a valorar mis escasas posesiones y sólo las cambiaría por una casa en cualquier barrio de Venecia. Ah, Venecia.
Ya no soñaré más. Un atardecer en Venecia. El León de San Marcos. La noche cayendo sobre las serenas facciones de un bello gondolero. Ya no soñaré más. El gondolero pretende que le pague el viaje, después de... después de... qué bestia ese hombre. Grosero. Poco caballero. ¿Cómo le voy a pagar después de...? Ya no soñaré más. Le tuve que dejar mis zapatillas, que todavía tenían el sabor del champagne y los bigotes chamuscados del francés. Ya no soñaré más. También quiso mi reloj. Ya no soñaré más. Arguyó que mi reloj era berreta. Ya no soñaré más. Le tuve que dejar mi camisa. Y mi cinturón, mi pollera. Sólo me quedó la cruz bendecida por Pablo VI. ¿Bastaría para defenderme de la canaille? Soportaría las vejaciones como una mártir, susurré a la cálida noche veneciana. La luna desnudaba cruel mi escaso pudor. Sólo me quedaba arrojarme al canal.
Ya no soñaré más, cada vez que sueño me despierto más pobre. Y desde mi último sueño no tengo que ponerme. No puedo ir por Europa solamente con una cruz sobre el cuello, aunque la haya bendecido Pablo VI. Qué estúpido gondolero, la cruz era de oro. Ja, ja, ja.
Oh, tan triste y tan pobre.Pensar que guardo una exquisita fortuna en forma de papeles viejos que podría comprar a todos los gondoleros de Venecia y a todos los gañanes de París.
Me encantan los gañanes de París. Nadie sabe que significa gañanes en castellano, pero en las traducciones París está llena de gañanes. Yo quiero ir a Paris para saber como es un gañán. Yo me imagino que un gañan es un hombre joven, de los bajos fondos de París( París es la única ciudad con bajos fondos), que pasea con una camiseta blanca que marca sus bíceps y una boina negra y un cigarro en la comisura por el Barrio Latino (París en la única ciudad con barrio latino), a la pesca de poetas incautas que se hallen perdidas buscando los Campos Eliseos ( Paris es la única ciudad con...eso, los Elíseos). Una pobre poeta maldita que con un poco de esfuerzo puede creerse que el gañán es bueno y que su Je t’aime es auténtico. Aunque presumiblemente y sobretodo pasada cierta edad, a la poeta le importe un comino el je t’aime y todo lo demás. La pregunta es y pensando en mi posible viaje a París: ¿podré pagar las cuentas del gañán? Quiero decir ¿serán muy altas las expensas en los bajos fondos? ¿Fumará demasiado cigarros caros? ¿Gastará mucha plata en esas camisetas? Porque a esta altura de la vida el amor no tiene precio sino costo, bah. Yo creo que los gañanes de París a esta altura deben ser representados por agentes inmobiliarios. Si es que es un gañán lo que yo me imagino.
Porque me asaltan las dudas. Mi hija Fiona me dijo que los gañanes son los gatos. Los gatos sueltos, los callejeros, los que se mojan bajo la lluvia de París y que lo que tengo que hacer con ellos es dejarles platitos con comida de gatos por las esquinas de los Champs Elisées y del barrio latino.
Así que vamos a buscar el diccionario de la RAE y vamos a ver de una perra vez que significa gañán.
Veamos.
Gañán: 1.Mozo de labranza.2 Hombre fuerte y rudo..
OH. Fuerte y rudo. Tengo razón y, no mi hija Fiona que quiere divertirse ella sola con todos los gañanes y por eso me manda a comprar comida para gatos.
Bah ¿quién se acuerda de la comida de los gatos en el barrio latino de París, cuando un mozo de labranza fuerte y rudo con una camiseta blanca apretada y una boina negra se acerca...lento...con el paso elástico de un tigre ..y te sonríe?
Así que ya se dónde voy, Fiona.París me espera. Te dejo el calefón
martes, 28 de diciembre de 2010
lunes, ocho de la mañana
Son las ocho de la mañana y Constanza, a quien le quedaría mejor llamarse Gertrudis o Eufemia, espera ansiosa con su saco rosa tejido por ella misma y su boca furiosamente rosa que abra la veterinaria de la esquina. Golpea el piso con el pie, podría llevar mocasines, es verdad, pero lleva zapatos de taco aguja. La veterinaria no abre y ella tiene que fichar. O sea, que demostrar que llega ocho en punto a su tarea. La máquina de fichar es el orgullo de la Biblioteca: el agente que ficha tiene que poner sus manos sobre una superficie magnética que reconoce su identidad digital ("Hola, Constanza R" y " Adiós Constanza R", dice una pantalla) y además un cámara filma a todos los agentes que fichan. Si, es una biblioteca. Y en ella trabaja Constanza, que en treinta años de esfuerzo continúo y abstinencia sexual, logró que le digan Gertrudis. Así que ahí trabaja Gertrudis.
Ocho y tres minutos, no podrá comprar comida para los gatos. Taconeando camina la cuadra que la separa del enorme edificio. Cada piso del edificio equivale a tres: si, pero es una biblioteca. Es de cemento gris gris gris. Y con veinte años de trabajo, toda Bárbara, toda Pamela, toda Florencia, puede llamarse Gertrudis. De hecho, los cinco digitos que cada mañana y tarde se apoyan en la máquina de fichar pierden ¿cómo decirlo?, sensibilidad táctil. Y el corazón, ah, el corazón, rodeado de tantos libros polvorientos, tantas escaleras y tantas puertas para cerrar.
Gertrudis coloca satisfecha sus cinco dígitos en la maquina de fichar, pero jamás le saca la lengua a la cámara. Gertrudis elige a quien saluda: sonríe a las otras Gertrudis, a las que todavia son Florencias, les dirige un gesto de asco. Su saco fue tejido por ella misma y es rosa.
Cuando entra en la sala de lectura, su sala, donde se guardan los tesoros de la biblioteca, Gertrudis cerrará la puerta con traba y llave, como ya hace treinta años cerró ese casto saco rosa sobre su cuerpo y cuando llame un lector, le dirá que esos libros no son para lectores sino para investigadores. Cuando llame un investigador, le pedirá sus credenciales, cuando el investigador llegue con ellas, le dirá que no son válidas, cuando una credencial sin una mota de polvo sea válida, le pedirá al investigador el número de inventario interno del papel que desea ver, él no lo tiene, claro, si él no lo colocó!!!! El inventario sólo lo puede poner una bibliotecaria. Entonces Gertrudis, seria por fuera, imagen de la profesional, ríe, ríe, ríe, como una niña, con su saco tejido, color de rosa.
Ocho y tres minutos, no podrá comprar comida para los gatos. Taconeando camina la cuadra que la separa del enorme edificio. Cada piso del edificio equivale a tres: si, pero es una biblioteca. Es de cemento gris gris gris. Y con veinte años de trabajo, toda Bárbara, toda Pamela, toda Florencia, puede llamarse Gertrudis. De hecho, los cinco digitos que cada mañana y tarde se apoyan en la máquina de fichar pierden ¿cómo decirlo?, sensibilidad táctil. Y el corazón, ah, el corazón, rodeado de tantos libros polvorientos, tantas escaleras y tantas puertas para cerrar.
Gertrudis coloca satisfecha sus cinco dígitos en la maquina de fichar, pero jamás le saca la lengua a la cámara. Gertrudis elige a quien saluda: sonríe a las otras Gertrudis, a las que todavia son Florencias, les dirige un gesto de asco. Su saco fue tejido por ella misma y es rosa.
Cuando entra en la sala de lectura, su sala, donde se guardan los tesoros de la biblioteca, Gertrudis cerrará la puerta con traba y llave, como ya hace treinta años cerró ese casto saco rosa sobre su cuerpo y cuando llame un lector, le dirá que esos libros no son para lectores sino para investigadores. Cuando llame un investigador, le pedirá sus credenciales, cuando el investigador llegue con ellas, le dirá que no son válidas, cuando una credencial sin una mota de polvo sea válida, le pedirá al investigador el número de inventario interno del papel que desea ver, él no lo tiene, claro, si él no lo colocó!!!! El inventario sólo lo puede poner una bibliotecaria. Entonces Gertrudis, seria por fuera, imagen de la profesional, ríe, ríe, ríe, como una niña, con su saco tejido, color de rosa.
viernes, 26 de noviembre de 2010
dale un corazón de seda
En un hogar pobre de campesinos nació una pequeña niña y no diremos dónde porque no importa mucho. Los padres eran tan pobres que no tenían nada para darle. La miraban tomados de la mano, con lágrimas en los ojos.
Vendrían las hadas que dan dones a todas las niñas desde que el mundo es mundo. Pero como la niña era muy pobre, pequeña y fea, eso era un simple trámite, por lo cual los padres suspiraron aliviados. Vendrían sólo las hadas buenas, tal vez viniera una sola, apurada, mirando el reloj. El hada maléfica sólo se dignaba ir a grandes palacios, a mansiones de estrellas de cine, maldecía a las hijas de los reyes. Asi que sabían que su hija, al menos, no tendría ningún don maldito. Sólo esperaban que las apuradas hadas, como asistentes sociales del destino, le dieran aunque fuera un don a su hija que le permitiera sobrevivir.
Ella dormía en la cuna. Cada tanto un leve suspiro inquietaba a la madre. Instintivamente, quería darle leche de su cuerpo, pero estaban esperando la visita de las hadas.
Tocaron la puerta. El hombre abrió.
Eran dos mujeres con trajes de ejecutivas arrugados y largo pelo rubio. Sus ojos eran muy verdes y brillaban por igual. Llevaban sendas carpetas. Se detuvieron en el umbral para hacer cada una una cruz con sus lapiceras en las recién abiertas planillas
—¿Cómo se llama la niña? -preguntaron a coro
—No tiene nombre aún.
—¿Y en qué están pensando? Póngale un nombre. Me lo exige la planilla—dijo un hada.
—Ada —dijo la madre.
—Ana —exclamó el padre.
—Ada Ana —repitieron a coro las hadas mientras escribían los dos nombres—. Bien, vamos a verla.
—¿Cuáles son sus ingresos? —preguntó una. Las dos hadas eran indistingibles.
—Soy jornalero, asi que gano un poco de dinero.
—¿Pero puede mandarla a la escuela pública?
—Creo que si.
—"Creo" me suena mal. Va a mandarla a la escuela —dijo una de las hadas— Bien, su única oportunidad es el estudio.
Se acercó a la cuna, sacó una varita mágica de su carpeta y dijo:
—Ada Ana, tendrás una gran memoria. Memorizarás todas las letras y sonidos. Nada que leas u oigas se te borrara de la mente.
—Y ahora yo —dijo la otra.
—Ada Ana. Entenderás el lenguaje de la música y sabrás de melodías.
—Bueno —repuso mirando al padre—. Uno de los dones es para disfrutar. Sino para qué vivimos y nos alimentamos. No todo en la vida es trabajo.
Y entonces se abrió la puerta. Lentamente, chirriando sobre los goznes. Todos se sobresaltaron al ver a una gran señora, de larga cabellera azabache, con brillantes ojos negros, alta, con un traje rojo y la varita de oro en la mano. No llevaba ninguna carpeta.
—El hada maléfica... —murmuró la madre. Instintivamente quiso cubrir a su hija.
—Cálmese —dijo un hada rubia—. A veces ocurre, pero muy raras veces. Está de licencia casi todo el año ¿verdad?
El Hada Maléfica se acercó a la cuna de la niña.
—Vengo cuando es preciso. Esta niña será hermosa. Tú le diste memoria y tú le diste gusto por la música. ¿Qué puedo darle yo? Creo que ya lo sé. De hecho, lo sé porque no vine por azar. Sé lo que necesita.
Se acercó a la cuna con su varita de oro, tocó con ella la frente de la niña y dijo:
—Ada Ana: te doy un corazón de seda que se rasgue sólo con un beso, sólo con la promesa de un beso, sólo con el sueño de un beso.
-Será poeta —dijo el Hada Maléfica a las otras dos hadas.
Luego habló a los padres con sus labios de sangre.
—Lo malo es sólo un poco malo, ¿saben? Hada significa fata, destino en una antigua lengua. Yo sólo cumplo órdenes. Será poeta —repitió el Hada Maléfica.
Desaparecieron las tres hadas y la casa quedó a oscuras. Y Ada Ana lloró suavemente.
Vendrían las hadas que dan dones a todas las niñas desde que el mundo es mundo. Pero como la niña era muy pobre, pequeña y fea, eso era un simple trámite, por lo cual los padres suspiraron aliviados. Vendrían sólo las hadas buenas, tal vez viniera una sola, apurada, mirando el reloj. El hada maléfica sólo se dignaba ir a grandes palacios, a mansiones de estrellas de cine, maldecía a las hijas de los reyes. Asi que sabían que su hija, al menos, no tendría ningún don maldito. Sólo esperaban que las apuradas hadas, como asistentes sociales del destino, le dieran aunque fuera un don a su hija que le permitiera sobrevivir.
Ella dormía en la cuna. Cada tanto un leve suspiro inquietaba a la madre. Instintivamente, quería darle leche de su cuerpo, pero estaban esperando la visita de las hadas.
Tocaron la puerta. El hombre abrió.
Eran dos mujeres con trajes de ejecutivas arrugados y largo pelo rubio. Sus ojos eran muy verdes y brillaban por igual. Llevaban sendas carpetas. Se detuvieron en el umbral para hacer cada una una cruz con sus lapiceras en las recién abiertas planillas
—¿Cómo se llama la niña? -preguntaron a coro
—No tiene nombre aún.
—¿Y en qué están pensando? Póngale un nombre. Me lo exige la planilla—dijo un hada.
—Ada —dijo la madre.
—Ana —exclamó el padre.
—Ada Ana —repitieron a coro las hadas mientras escribían los dos nombres—. Bien, vamos a verla.
—¿Cuáles son sus ingresos? —preguntó una. Las dos hadas eran indistingibles.
—Soy jornalero, asi que gano un poco de dinero.
—¿Pero puede mandarla a la escuela pública?
—Creo que si.
—"Creo" me suena mal. Va a mandarla a la escuela —dijo una de las hadas— Bien, su única oportunidad es el estudio.
Se acercó a la cuna, sacó una varita mágica de su carpeta y dijo:
—Ada Ana, tendrás una gran memoria. Memorizarás todas las letras y sonidos. Nada que leas u oigas se te borrara de la mente.
—Y ahora yo —dijo la otra.
—Ada Ana. Entenderás el lenguaje de la música y sabrás de melodías.
—Bueno —repuso mirando al padre—. Uno de los dones es para disfrutar. Sino para qué vivimos y nos alimentamos. No todo en la vida es trabajo.
Y entonces se abrió la puerta. Lentamente, chirriando sobre los goznes. Todos se sobresaltaron al ver a una gran señora, de larga cabellera azabache, con brillantes ojos negros, alta, con un traje rojo y la varita de oro en la mano. No llevaba ninguna carpeta.
—El hada maléfica... —murmuró la madre. Instintivamente quiso cubrir a su hija.
—Cálmese —dijo un hada rubia—. A veces ocurre, pero muy raras veces. Está de licencia casi todo el año ¿verdad?
El Hada Maléfica se acercó a la cuna de la niña.
—Vengo cuando es preciso. Esta niña será hermosa. Tú le diste memoria y tú le diste gusto por la música. ¿Qué puedo darle yo? Creo que ya lo sé. De hecho, lo sé porque no vine por azar. Sé lo que necesita.
Se acercó a la cuna con su varita de oro, tocó con ella la frente de la niña y dijo:
—Ada Ana: te doy un corazón de seda que se rasgue sólo con un beso, sólo con la promesa de un beso, sólo con el sueño de un beso.
-Será poeta —dijo el Hada Maléfica a las otras dos hadas.
Luego habló a los padres con sus labios de sangre.
—Lo malo es sólo un poco malo, ¿saben? Hada significa fata, destino en una antigua lengua. Yo sólo cumplo órdenes. Será poeta —repitió el Hada Maléfica.
Desaparecieron las tres hadas y la casa quedó a oscuras. Y Ada Ana lloró suavemente.
martes, 2 de noviembre de 2010
DIFUNDAN POR FAVOR!!!!
Cada tanto recibo ochocientos mails diarios encabezados como Difundir por favor. La mitad los envia mi madre, a la que ya catalogué como spam.
Pero esta mañana recibí de ella esta cadena y aunque justo hace poco puse un poema muy romántico, crei importante difundir el pedido solidario de ESTOICOS SA .
Es una cadena contra lo politicamente correcto o incorrecto, no sé muy bien, pero promete deverlar el misterio de por qué el mundo es una porquería y yo dije: Por fin un poco de filosofia en mi spam! ACA VA:
POR FAVOR PAULITA DIFUNDÏ ESTO ES UN CAUSA JUSTA BESOS MAMÄ
CAMPAÑA DE DIFUSION DE LA ONG ESTOICOS S.A
SOMOS ESTOICOS SIN FINES DE LUCRO Y CONTRA TODA POLITICA DICTATORIAL QUEREMOS OBLIGARLO A QUE YA NO SEA POLÍTICAMENTE CORRECTO: Sea cualquier cosa, pero no sea políticamente correcto. Así será coherente con el arte moderno, con el cine arte y las nuevas tendencias artísticas. Si usted entra al festival de Cannes con un uniforme de SS, van a intentar lincharlo, pero con solo aclarar que está en contra de lo políticamente correcto, podrá poner una cámara de gas ahí mismo. Discrimine a un ciego y el ciego hará una demanda, pero en cuanto diga al juez que está en contra de lo políticamente correcto, el juez lo liberará de todo cargo. Asalte a las viejas del geriátrico y lo llevarán preso, pero en cuanto aclare que está en contra de lo políticamente correcto, los intelectuales del mundo firmaran un manifiesto para que lo liberen. ¿Entiende lo que acabo de escribir? NOSOTROS tampoco, pero esa es la intelectualidad actual. Una manga de GILES A RAYAS políticamente incorrectos. Y esos son los que nos dicen lo que tenemos que pensar. ¿Qué tenemos que hacer? Se lo diré en el segundo capítulo.
EL MUNDO ES UNA PORQUERÍA, PERO ¿POR QUÉ?
Es una interesante cuestión que develaremos trabajando en conjunto con los dos hemisferios cerebrales, último beneficio del último de nuestros avances en pro de la ciencia. Habituados unos a pensar con el estómago, otros a pensar con los cálculos que tienen en la vesícula, otros ya no piensan mas . ¿Por qué no piensan? Por que es trabajo que nadie paga. En la sociedad congestionada en la que vivimos, reunir a los dos hemisferios cerebrales y lograr que se pongan de acuerdo es todo un logro.
Por ese logro pienso cobrarles dos pesos. Si quieren saber por qué el mundo es una porquería y develar el apasionante misterio de porque el mundo esta lleno de imbéciles, enviar cinco pesos a: ESTOICOS S. A. ZARAZA 2222 Buenos Aires, República Argentina.
El segundo capítulo de esta bomba pensante les será enviado en el término de treinta días después de recibido el importe de quince pesos que servirá para financiar nuevas investigaciones científicas
Gracias por colaborar con este nuevo microemprendimiento y por ayudar a mantener la fuente de trabajo.
Esto es real, no es una broma. Debes enviar los veinte pesos y esta carta a diez amigos en el término de veinte días, o de lo contrario te pasarán cosas terribles. Douglas Mac Gorman, de Ohio, Cincinatti, recibió este mail hace dos meses y no lo reenvió. A los veinticinco días lo encontraron cómplice del Unabomber. Ahora está preso en Alcatraz. Santiago Quevedo, de Valencia recibió este mail hace tres meses y lo reenvió, pero no pagó los veinticinco pesos. Ahora se llama Carolina y baila en el teatro Maipo. Su esposa lo dejó y los vecinos se rieron de él, pero gana un montón de plata y es feliz. Lo cual no quita que ahora se llama Carolina. Haana Haberfeld, de Berlín recibió este mail hace un mes, lo reenvió y envió los treinta pesos, pero se equivocó de código postal. Ayer nomás descubrió que su marido se llama Marta. Envíame cincuenta pesos y reenvía este mail a diez amigos y nada de esto te sucederá. AYUDARÁS A UNA CAUSA JUSTÍSIMA.
Puedes enviar los cien pesos en cheque o en efectivo. No se aceptan tarjetas de crédito ni tiquets. Se acepta toda moneda extranjera siempre y cuando sea la suma equivalente a doscientos cincuenta pesos en moneda argentina. Ante la duda, prefiero los euros porque tienen brillitos. Recibirá las tres hojas y media de pensamiento estoico en su casa y sin gasto alguno por la módica suma de trescientos pesos. Tres días después de recibidos los trescientos cincuenta pesos, recibirá tres hojas de pensamiento fresco en su casa por valor de cuatrocientos dólares.
Pero esta mañana recibí de ella esta cadena y aunque justo hace poco puse un poema muy romántico, crei importante difundir el pedido solidario de ESTOICOS SA .
Es una cadena contra lo politicamente correcto o incorrecto, no sé muy bien, pero promete deverlar el misterio de por qué el mundo es una porquería y yo dije: Por fin un poco de filosofia en mi spam! ACA VA:
POR FAVOR PAULITA DIFUNDÏ ESTO ES UN CAUSA JUSTA BESOS MAMÄ
CAMPAÑA DE DIFUSION DE LA ONG ESTOICOS S.A
SOMOS ESTOICOS SIN FINES DE LUCRO Y CONTRA TODA POLITICA DICTATORIAL QUEREMOS OBLIGARLO A QUE YA NO SEA POLÍTICAMENTE CORRECTO: Sea cualquier cosa, pero no sea políticamente correcto. Así será coherente con el arte moderno, con el cine arte y las nuevas tendencias artísticas. Si usted entra al festival de Cannes con un uniforme de SS, van a intentar lincharlo, pero con solo aclarar que está en contra de lo políticamente correcto, podrá poner una cámara de gas ahí mismo. Discrimine a un ciego y el ciego hará una demanda, pero en cuanto diga al juez que está en contra de lo políticamente correcto, el juez lo liberará de todo cargo. Asalte a las viejas del geriátrico y lo llevarán preso, pero en cuanto aclare que está en contra de lo políticamente correcto, los intelectuales del mundo firmaran un manifiesto para que lo liberen. ¿Entiende lo que acabo de escribir? NOSOTROS tampoco, pero esa es la intelectualidad actual. Una manga de GILES A RAYAS políticamente incorrectos. Y esos son los que nos dicen lo que tenemos que pensar. ¿Qué tenemos que hacer? Se lo diré en el segundo capítulo.
EL MUNDO ES UNA PORQUERÍA, PERO ¿POR QUÉ?
Es una interesante cuestión que develaremos trabajando en conjunto con los dos hemisferios cerebrales, último beneficio del último de nuestros avances en pro de la ciencia. Habituados unos a pensar con el estómago, otros a pensar con los cálculos que tienen en la vesícula, otros ya no piensan mas . ¿Por qué no piensan? Por que es trabajo que nadie paga. En la sociedad congestionada en la que vivimos, reunir a los dos hemisferios cerebrales y lograr que se pongan de acuerdo es todo un logro.
Por ese logro pienso cobrarles dos pesos. Si quieren saber por qué el mundo es una porquería y develar el apasionante misterio de porque el mundo esta lleno de imbéciles, enviar cinco pesos a: ESTOICOS S. A. ZARAZA 2222 Buenos Aires, República Argentina.
El segundo capítulo de esta bomba pensante les será enviado en el término de treinta días después de recibido el importe de quince pesos que servirá para financiar nuevas investigaciones científicas
Gracias por colaborar con este nuevo microemprendimiento y por ayudar a mantener la fuente de trabajo.
Esto es real, no es una broma. Debes enviar los veinte pesos y esta carta a diez amigos en el término de veinte días, o de lo contrario te pasarán cosas terribles. Douglas Mac Gorman, de Ohio, Cincinatti, recibió este mail hace dos meses y no lo reenvió. A los veinticinco días lo encontraron cómplice del Unabomber. Ahora está preso en Alcatraz. Santiago Quevedo, de Valencia recibió este mail hace tres meses y lo reenvió, pero no pagó los veinticinco pesos. Ahora se llama Carolina y baila en el teatro Maipo. Su esposa lo dejó y los vecinos se rieron de él, pero gana un montón de plata y es feliz. Lo cual no quita que ahora se llama Carolina. Haana Haberfeld, de Berlín recibió este mail hace un mes, lo reenvió y envió los treinta pesos, pero se equivocó de código postal. Ayer nomás descubrió que su marido se llama Marta. Envíame cincuenta pesos y reenvía este mail a diez amigos y nada de esto te sucederá. AYUDARÁS A UNA CAUSA JUSTÍSIMA.
Puedes enviar los cien pesos en cheque o en efectivo. No se aceptan tarjetas de crédito ni tiquets. Se acepta toda moneda extranjera siempre y cuando sea la suma equivalente a doscientos cincuenta pesos en moneda argentina. Ante la duda, prefiero los euros porque tienen brillitos. Recibirá las tres hojas y media de pensamiento estoico en su casa y sin gasto alguno por la módica suma de trescientos pesos. Tres días después de recibidos los trescientos cincuenta pesos, recibirá tres hojas de pensamiento fresco en su casa por valor de cuatrocientos dólares.
sábado, 30 de octubre de 2010
A AGUSTIN LARA O UN SUEÑO DEL ALBA
Acuérdate de esas noches
Amor que he tenido
Y perdido en el alba
Las sombras de nuestras voces
Del llanto y del goce
Por él amadas
Por este mi caro sueño
Yo me uní contigo
En la tierra y las aguas
Tú sabes que yo no miento
Si digo que soñé esa noche
Que un sueño me amara
Tus manos que me han dejado
La marca del hombre
Que ayer me dejara
Mi llanto que ayer muriera
Cuando entre tus brazos
Se iba mi alma
Acuérdate que esa noche
Yo cante este sueño
Que perdí en el alba
Únete a mí en el sueño
Pues a tu vida toda yo la soñara
Deja que muera el sueño
Que yo haré entre mis versos
La prisión del hombre
Que yo soñara
Si es que él lleva tu nombre
Tú no puedes saberlo pues eres sueño
Que ayer soñara
Amor que he tenido
Y perdido en el alba
Las sombras de nuestras voces
Del llanto y del goce
Por él amadas
Por este mi caro sueño
Yo me uní contigo
En la tierra y las aguas
Tú sabes que yo no miento
Si digo que soñé esa noche
Que un sueño me amara
Tus manos que me han dejado
La marca del hombre
Que ayer me dejara
Mi llanto que ayer muriera
Cuando entre tus brazos
Se iba mi alma
Acuérdate que esa noche
Yo cante este sueño
Que perdí en el alba
Únete a mí en el sueño
Pues a tu vida toda yo la soñara
Deja que muera el sueño
Que yo haré entre mis versos
La prisión del hombre
Que yo soñara
Si es que él lleva tu nombre
Tú no puedes saberlo pues eres sueño
Que ayer soñara
jueves, 28 de octubre de 2010
Plaza de mayo de noche
(Ayer por la noche, la gente llegaba despacio hasta la Plaza de Mayo con bebés en brazos, lentamente algunos con muletas, otros con bastones blancos, y algunos en sillas de ruedas, otros eran parejas, abrazadas, o tomadas de la mano y otros estaban solos y los aplausos de la plaza llena de gente parecían, mientras te acercabas, el sonido de la lluvia)
viernes, 22 de octubre de 2010
NACERA UNA BRUJA
Un día nació una bruja y fue tan grande el temor de perecer aferrados a su talle ondulante como aquel otro temor antiguo a perder la vida por el canto de las sirenas. Pero ellas daban su vida en el canto y no pretendían más que se las devolvieran en su justo valor. Esta bruja, no una sirena, pues éstas se cuidaban de que los humanos no llegaran hasta ellas, hubo de decir un último enigma y confiar al destino su solución, atados sus brazos y piernas a un tronco, con el que fue quemada.
Ella pronunció en un susurro: “Nacerá de mis cenizas una bruja que no os atreveréis a quemar”.
Vientos desatados llevaron sus cenizas.
En una tierra cercana nació una mujer. Temiéndola por su inteligencia, el padre la encerró en lo alto de una torre. Sólo la lluvia entraba por la ventana tan alta. Pero llegó el día en que un rey enemigo asaltó el castillo. El castillo ardía y la joven no pudo esperar más auxilio que el de la amada tormenta. Pero con la tormenta llegó un caballero y la rescató. Pensó en tomarla de esclava. Pero tímidamente, la mujer, la hija de la bruja que había perecido en las llamas, le contó su historia.
“Amo la tormenta”- dijo ella y calló. Sintiéndose incapaz de toda cobardía, el caballero la sedujo. Tuvieron hijos e hijas. Las hijas heredaron el antiguo poder mágico de las cenizas y tuvieron otras hijas. Una de esas hijas escribió la historia con el fin de que las hijas dispersas se sepan hermanas y de que los hombres recuerden su poder, que resulta de la unión del conocimiento y la poesía, de la inteligencia y el valor, del leer en la armonía celeste que existen más límites que los finitos.
Un día nacerá una bruja
Ella pronunció en un susurro: “Nacerá de mis cenizas una bruja que no os atreveréis a quemar”.
Vientos desatados llevaron sus cenizas.
En una tierra cercana nació una mujer. Temiéndola por su inteligencia, el padre la encerró en lo alto de una torre. Sólo la lluvia entraba por la ventana tan alta. Pero llegó el día en que un rey enemigo asaltó el castillo. El castillo ardía y la joven no pudo esperar más auxilio que el de la amada tormenta. Pero con la tormenta llegó un caballero y la rescató. Pensó en tomarla de esclava. Pero tímidamente, la mujer, la hija de la bruja que había perecido en las llamas, le contó su historia.
“Amo la tormenta”- dijo ella y calló. Sintiéndose incapaz de toda cobardía, el caballero la sedujo. Tuvieron hijos e hijas. Las hijas heredaron el antiguo poder mágico de las cenizas y tuvieron otras hijas. Una de esas hijas escribió la historia con el fin de que las hijas dispersas se sepan hermanas y de que los hombres recuerden su poder, que resulta de la unión del conocimiento y la poesía, de la inteligencia y el valor, del leer en la armonía celeste que existen más límites que los finitos.
Un día nacerá una bruja
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