miércoles, 7 de junio de 2017

El señor Reflejo

La frase favorita del señor Reflejo era: ¿Para qué lees eso?
"Eso" era José Zorrilla o Karl Von Clausewitz. Yo, sentada en mi escritorio de la Biblioteca Nacional, me preguntaba si Mr. Reflejo creía que el mundo había comenzado el día de su nacimiento. Por entonces yo tenía 24 años, dos hijos , un novio, y muchos cuadernos garabateados.
Pero así no empezó la historia. Pese a su severísimo aspecto de Tortuga Ninja, Reflejo empezó con eso que Freud denominaba "seducción de imprenta".
-¿Así que escribís? Me dijo un día, inclinada yo sobre una hoja lapicera en mano- Te puedo ayudar a publicar.
Ya estaba todo claro. No era la primera vez que me topaba con esos seductores editoriales compulsivos. Nunca me pude pude olvidar de un sociólogo español que, el verano anterior, me vio caminando con un cuaderno bajo el brazo por una avenida y me ofreció publicarme esos ruinosos artículos que escribía por esa época (23 años).Veintitrés años míos. A veces me cuestiono la url de este blog, creesquesoysexy.blogspot.com, pero la hice así en honor a estos especímenes, que necesitan publicar a mujeres incautas como el lobo a Caperucita.
 Otra famosa frase es "Yo te voy a abrir las puertas". Los abridores de puertas también abundaban hasta hace poco, que me abrí la puerta yo sola, veintinueve años después de que ofrecieran abrirme las puertas por primera vez. Abrí mis puertas , las necesarias, con prepotencia de trabajo.
También recuerdo a cierto best seller, escritor de éxito entonces, después académico, que me dijo en un bar frente a la Biblioteca: ¿Por que no escribes un libro? Yo tengo amigos..."
Creo que uno se tiene que ganar lo que sea que se proponga hacer. Más allá de eso, estos señores sólo padecían de compulsión editorial y no había que creerles. aunque durmieras, como yo lo hacía, menos de cuatro horas diarias para escribir. Aunque publicar tus poemas y someterlos temblorosa a la mirada ajena fuera tu mejor sueño.
Aunque escribir sea la razón de tu vida, no se la entregues, te lo ruego, a un  Señor Reflejo.

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