Mi primer libro publicado fue un puñado, precioso, de mitos y leyendas sobre criaturas mitológicas. Compilar y adaptar cada historia y relato fue uno de los más complejos y agradables trabajos que me tocó en este ejercicio de pensar y luego teclear...
Una de las historias que amo es ésta, la de las apasaras, los seres mágicos del agua del viejo universo hindú. Y en particular, esta pequeña y hermosa historia de Urvasi y Pururavas, casi, la leyenda inextingible del amor humano...
LAS APSARAS
Las
apsaras eran seres semejantes a las hadas o las ninfas, antiguas habitantes de
la cosmogonía hindú. Aparecen en
antiguos relatos vedas, contados en sánscrito, como figuras celestes que
intervenían en la vida de los mortales. Algunos estudiosos creen que ellas son
las primeras hadas, testimonios de antiguas migraciones que las llevaron a ser
ninfas en Grecia y que de allí se expandieron por toda Europa. En todo caso sus
similitudes con otros seres fantásticos femeninos como hadas y ondinas, son
indudables, así en las distintas traducciones y versiones de la historia de la
apsara Urvasi y el mortal Purûravas, se le da a la primera el nombre de hada o
ninfa. Urvasi, la inmortal enamorada del mortal, sería un antigua
representación de la Aurora, según algunos relatos. La que presentamos es una
de las versiones más antiguas de un mito que fue luego tomado por muchos poetas
hindúes. La historia de Urvasi y su amor humano es similar a muchas historias
semejantes, entre hadas occidentales y hombres, entre ninfas y hombres o
sirenas y hombres. El suave aroma a tragedia del amor de seres femeninos
inmortales por hombres mortales, (la improbable y conflictiva unión de dos
mundos),atenuado por su componente fantástico, ha seducido a poetas y
narradores de todas las culturas. Es interesante y justa esta cita de Carlyle:
“Aunque la tradición
pueda tener no más de una raíz, crece como una higuera y llega a formar un
laberinto de árboles que se extiende por encima de todo”
Esta versión de la historia de la apsara y el
mortal sea tal vez la más antigua, la tradujo Max Muller, el estudioso que
introdujo el conocimiento del sánscrito en Occidente. En ella aparecen también
los Gandharvas, seres fantásticos iguales en todo a las apsaras, pero de sexo
masculino.
URVASI Y PURÛRAVAS
Urvasi
, una especie de hada, se enamoró de Purûravas, el hijo de Ida, y cuando lo
encontró, le dijo: “Abrázame tres veces al día, pero nunca contra mi voluntad,
y que jamás te vea yo sin tus vestiduras reales; porque tal es la costumbre de
las mujeres.”
De esta manera vivió mucho tiempo
con él, y tuvo de él un hijo. Entonces sus antiguos amigos, los Gandharvas,
dijeron: “Esta Urvasi vive desde hace mucho tiempo con los mortales, hagamos
que vuelva.” Y como Urvasi y su amante tenían una oveja, con dos corderos,
atados a la cama, los Gandharvas robaron uno. Urvasi dijo.”Se llevan a mi
queridito, como si yo viviese en un país donde no hay héroe ni hombre.” Robaron
el segundo y ella volvió a hacer reconvenciones a su marido. Entonces Purûravas
miró y dijo: “¿Cómo la tierra donde estoy yo puede estar sin héroe ni hombre? Y
saltó desnudo ya que le pareció demasiado trabajo vestirse. En ese momento los
Gandharvas enviaron un relámpago y Urvasi vio sin vestir a su marido como a la
luz del día. Entonces ella desapareció. “Vuelvo”, dijo y marchó. Con el corazón
lacerado lloró su amor perdido, y se fue cerca de Kurukshetra. Hay allí un
lago lleno de flores de loto, Y mientras
el rey paseaba por las orillas, las hadas jugueteaban en el agua con forma de
aves. Urvasi lo vio y dijo: “Este es el hombre con el que yo he vivido tanto
tiempo” Entonces sus amigas exclamaron.”¡Aparezcamos delante de él!. Urvasi
consintió y aparecieron delante de él. El rey la reconoció y dijo: “Ay, mujer
mía. ¡quédate, cruel! Crucemos algunas palabras. Si no decimos ahora nuestros
secretos, no nos irá bien en lo sucesivo.” Ella le respondió: “¿Qué haría yo
con tus palabras? Yo partí con la primera de las auroras. Purûravas, vuélvete.
Yo soy tan difícil de atrapar como el viento.”
Él respondió con
desesperación: “¡Entonces yo, tu antiguo amigo, caeré para no levantarme nunca!
¡Me acostaré en el umbral de la muerte y me devoraran los ávidos lobos!” Ella
le respondió: ¡Purûravas, no mueras! ¡No caigas!. Que no te devoren los malignos
lobos. Cuando yo vivía entre los mortales bajo una forma diferente, cuando
estuve contigo durante cuatro noches de otoño, comí un día un trocito de
manteca y aún me dura el placer.” Así acabó por dulcificarse su corazón y dijo:
“Ven a mí la última noche del año; estarás conmigo durante una noche y te
nacerá un hijo”. Él fue la última noche del año a las doradas mansiones y
cuando estuvo solo, le dijeron que subiese y entonces le enviaron a Urvasi.
Ella le dijo entonces: “Los Ghandarvas te concederán mañana un don, elige.”. El
dijo: “Elige tú por mí”. Ella respondió: “Diles: que yo sea uno de vosotros”.
A la mañana siguiente, temprano, le
concedieron un don; pero cuando dijo: “quiero ser uno de vosotros”, le
respondieron: “El fuego sagrado, por medio del cual podría el hombre cumplir un
sacrificio y hacerse uno de nosotros, no les es conocido aún.”
Entonces iniciaron a Purûravas en
los misterios de cierto sacrificio y cuando lo hubo cumplido, se hizo uno de
los Ghandarvas”
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