lunes, 15 de octubre de 2012

EL CUENTO DEL RAYO

Hoy tengo un deseo.
Deseo contarles una historia.
Es más vieja que la manzana dorada y más antigua que los dedos de dios. Más vieja que el atardecer y más fuerte que la tormenta. Cuando la conozcan, les pasará lo que a mí: se olvidarán de quién la ha contado y la recordarán sólo al ver, tal vez, una estrella, o al sentir el beso suave de otros labios.
O tal vez se la olviden para siempre.
Ésta es la historia.
Hubo una era en que el hombre y la mujer eran uno, en el mundo cálido y líquido de la unión perfecta. El mundo era pequeño y dormía en un amanecer eterno, mecido por líquenes y alumbrado por rayos de luna.
Y entonces sucedió la desgracia. Vino como la tormenta, la catástrofe.
Cayó el rayo y nos separó.
El rayo alumbró la muerte y el conflicto, el grito y la discordia entre los dos seres fragmentados. El mundo creció, maduró, envejeció. Hubo hambre en el antiguo vergel, en el manantial puro hubo sed.
Desde entonces nos estamos buscando y nos amamos y nos peleamos porque deseamos, sin saberlo, volver a sentirnos completos en el mundo del origen.
Esta Noche espero que se vean las estrellas.
Estos son mis Sueños y Deseos, los poemas que se escribieron en noches estrelladas en este mundo viejo.

I
En un sueño de mi dulce dueño
Soñaba yo que su dueña era

Dulces son cadenas si me atan a su pecho
Y dulces mis piernas, esclavas de su espalda
Dulce es el infierno a sus brazos atada

Es un sueño el que mi dulce dueño
Quiso al fin que su dueña fuera

II
La Flecha ardiente derramada
El Beso más dulce
Que nunca diera Espada

III
Tengo sed
Sed de amante lluvia que derrita la máscara
Que me despoje de escudo y me desarme de lanza
Y quede desnuda la rosa encarnada
Que se esconde en noche junto a alta ventana
Ser envuelta en ámbar

Mi deseo es siempre el mismo, aunque pueda contar a veces cosas tristes (el caer del rayo), la felicidad está en no dejar pasar las nubes sin verlas ni aún llorando. Así, mis deseos, copas amigas, ámbar en mis labios, noches de amor y la mano de mi compañero junto a mí cada noche.
Perfumes y secretos. Y deseos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario